Nora y Catalina

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“Los abuelos malcrían y a mí me tocó criar”: la historia de Nora y su nieta Cata

24/07/2024 | 07:05

Catalina es una joven de 15 años con parálisis. Su mamá dijo que no podía hacerse cargo de sus cuidados y por eso desde los tres, está al cuidado de sus abuelos. 

Redacción Cadena 3

María Arrieta

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“Los abuelos malcrían y a mí me tocó criar”, la historia de Nora y su nieta Cata

“La historia de Catalina, es una historia de amor”, dice su abuela Nora López a Diversidad.

“Cata”, nació en Rosario, al tiempo sus papás se separaron y Nora y su marido Lito la iban a visitar cada 15 días. Cuando tenía tres años, comenzó a tener convulsiones y su mamá dijo que no iba a poder hacerse cargo.

Fue entonces que Nora y Lito pidieron a la Senaf (Secretaría de la Niñez y la Adolescencia) una guarda para poder incluirla en la obra social y así costear sus tratamientos y rehabilitación. Desde entonces, ambos se hicieron cargo de la crianza y educación de Catalina.

Lito y Cata

“Asumir el papel de mamá fue un desafío porque los abuelos estamos para malcriar y abuelar y a mí me tocó contener, criar, enseñar y ser fuerte”, cuenta Nora a Diversidad. En este camino, se convirtió también en un pilar en la vida de Cata, trabajando día a día para que el día de mañana ella pueda lograr sus metas, sueños y anhelos y se convierta en una persona de bien.

“Ser abuela de ella es levantarme todos los días con una sonrisa y sentir que todos los días se puede, es un faro en nuestras vidas, un faro en el cielo. Alegra nuestras vidas”, afirma su abuela.

Junto a sus abuelos vive en La Calera, y desde los cuatro años asiste al mismo colegio, el Jesús María, de esa localidad. En ese lugar todos la conocen, los profesores, directores, hasta los miembros de la cantina.

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Este año cumplió sus 15 y compartió un día especial con amigos y compañeros. Entre sus actividades Catalina deslumbra haciendo acrobacia en tela y le encanta competir.

Sus abuelos, quienes se encargan de su crianza y educación, son también quienes la acompañan a sus terapias, se ocupan de que evolucione y avance ante sus desafíos.

“A los abuelos que nos toca paternar quiero decirles que todo lo que hacemos con amor tiene doble premio los vemos disfrutar día a día y vemos sus avances”, reflexiona Nora y recuerda: “No hay que bajar los brazos porque el camino no es fácil”.

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