Historias de vida
28/11/2024 | 11:20
Redacción Cadena 3
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Perdió a su hija y convirtió el dolor en oportunidad para renacer
Agustina Arata es una cordobesa con una fortaleza enorme y un espíritu de resiliencia enorme, que logró transformar el dolor en amor y ayuda hacia el prójimo.
El 1 de noviembre de 2019, su hija Isabella Tissera, de 2 años y nueve meses, sufrió un accidente doméstico que le generó un golpe en la cabeza y un paro cardiorrespiratorio. Los médicos lograron salvar su vida, pero la pequeña quedó con una parálisis cerebral y una epilepsia refractaria a causa de la hipoxia. Los años que siguieron generaron en Agustina un cambio completo en su vida y en la manera en que percibía el mundo. que pasó a continuación cambió por completo la vida de Agustina y la manera en que percibía el mundo.
Cuando Isa llegó al hospital el cuadro que le brindaron los médicos a Agustina fue sumamente desalentador y comenzó a atravesar diferentes etapas, desde el shock hasta encontrar fortaleza en los lugares pensados.
Isa pasó por varias cirugías y estuvo tres meses internada superando los distintos pronósticos. Luego llegó a un centro de rehabilitación donde una profesional les dijo que el cerebro de la niña era “como una pasa de uva y no tenía posibilidad de nada”. “Esas palabras, para mí, fueron durísimas y me sacaron toda esperanza. Sentí que me desmoronaba la vida”, confesó Agustina.
Sin embargo, de algo estaba segura: “No podía sentenciar a mi hija y menos abandonarla en ese estado”. Fue entonces cuando comenzó a buscar herramientas para reponerse, sacar su mejor versión y enfrentar esta nueva realidad. “Si mi hija había vuelto de la muerte en otro cuerpo no podía bajar los brazos. Si ella había vuelto transformada, le habían dado la oportunidad de vivir, yo tenía que dejar mis miedos, mis pensamientos catastróficos y estar íntegra”, recordó Agustina.
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En ese transitar uno de los desafíos fue sanar la manera en la que se vinculaba con los otros y aprender de los profesionales que atendían a su hija. “¿Cómo podía exigirles a los profesionales que la comprendieran si yo no lo hacía? Tenía que salir de ese lugar oscuro y agradecer que la tenía conmigo, aprender a vivir el día a día y soltar las características negativas que me impedían crecer”, planteó.
Fue entonces que Agustina se enfocó en sacar todo su potencial y ser su mejor versión. “Yo tenía que encontrar paz y vivir con plenitud. Tenía que estar a la altura de la situación y estar bien para transmitir mi amor incondicional de mamá”, agregó.
“Comencé a creer en ella y en la internación domiciliaria tuvimos la suerte de trabajar con un equipo interdisciplinario. Ellos lograron decodificarla, la entendían y ahí comenzó mi camino y mi transformación: existía una manera de comunicarse que no era la verbal”, apuntó.
Cada día de Isa en este mundo era un regalo. “Era un milagro entenderla, comprenderla. Ella me demostraba que estaba con vida y la peleaba un montón. Había potencial en ella para trabajar”, remarcó su mamá.
En este tiempo, Agustina descubrió su interés por acompañar, entender y ayudar a las personas con discapacidad. “Aprendí diariamente todo lo que ella me demostraba. En cada terapia se lograron cosas super positivas y yo me involucraba más. No sólo ella sacaba su potencial, sino que yo sentía que también tenía mucho para dar”, contó.
Fue así como a través de las atenciones y el trato que dispensaba hacia su hija aprendió sobre la empatía hacia los más vulnerables: “Al lado de Isa aprendí lo que es la empatía para las personas más vulnerables, ella tuvo necesidades y la ayuda aparecía de todos lados. Aprendí lo que son las cadenas de favores y yo decidí ser parte, un eslabón, de esa cadena”.
Lamentablemente a raíz de la epilepsia refractaria la condición de Isa se fue complicando y falleció en agosto de 2022. “Ella nos regaló momentos hermosos y únicos y luchaba con una enfermedad que hicieron que se vaya apagando de a poquito y eso me permitió y me dio el tiempo para trabajar la aceptación y el desapego. Yo miraba sus ojos y ese era su camino y yo tenía que soltarla”, recordó emocionada.
Hoy, Agustina Arata está cursando segundo año de kinesiología. Asegura que le gusta mucho ayudar a niños con discapacidad y fundó el proyecto Goodwill, que significa “buena voluntad”, a través del cual junto a un equipo de profesionales asisten a niños del norte cordobés.
“Yo siento que Isa vive en mí”, afirma. “Comprendí que la muerte es parte de la vida, que es un proceso a transitar y que vivimos el tiempo que nos toca a cada uno”, afirmó. Isa vivió “cinco años con mucha intensidad, aprendió y se marchó y todo tiene un para qué”, comenta Agustina y agrega: “Si yo no resignifico ese dolor, la dejo de honrar y dejaría de tener un significado su existencia”.
Agustina lidera un proyecto que se llama Goodwill, a través del cual brinda atención y acompañamiento integral a niños con discapacidad de zonas rurales y poco accesibles del norte cordobés como Serrezuela y alrededores.
A raíz de esta iniciativa fue seleccionada para el premio Abanderados que entrega Canal Trece. Su proyecto Goodwill fue uno de los ocho finalistas y desde el 8 al 28 de noviembre va a necesitar de los votos de todos.
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Pero, ¿cómo nació este proyecto? Hace dos años y medio, Agustina recibió un mensaje de una mamá de un grupo de Whatsapp de electrodependencia, donde pedía ayuda para su hijo. Agus se lo compartió al kinesiólogo Fabián Picola y a la fonoaudióloga Fabiana Nassar (cofundadores de Goodwill) y luego se sumaron Analía una mamá neurokinesióloga y una enfermera.
Juntos hicieron un viaje en marzo de 2022 hacia el noroeste cordobés y allí se dieron cuenta de la gran falta de atención primaria e integral que existe en esta zona de la provincia. Los chicos no tienen obra social, ni recursos y eso les quita oportunidades.
Frente a esto, Agustina pensó que era injusto que los niños que tenían potencial no recibieran oportunidades. En ese primer viaje se atendieron a tres pacientes y hoy por hoy hay 50 profesionales que asisten a más de 100 chicos. Se les brinda toda la información adecuada, se educa a los padres sobre las distintas patologías e intervienen muchos profesionales y si se requiere un especialista que no forma parte del viaje se hace una derivación a un hospital de córdoba.
Junto a Goodwill llevan medicamentos, bipedestadores, ortoprótesis y demás elementos necesarios para niños con discapacidad.
Además, Agustina brinda su apoyo y experiencia a los padres que pasan un mal momento, para que entiendan que ellos tienen que estar bien para atender mejor a sus hijos. “Tenemos un equipo que brinda ese acompañamiento yo trato de darles las mismas posibilidades que a Isa”, concluyó.
Goodwill ya realizó 8 viajes a Serrezuela, en los cuales más de 100 niños con diversas discapacidades fueron atendidos por especialistas de múltiples áreas de la salud (como neurología, psicología, pediatría o traumatología.
Cómo votar a Agustina para el programa Abanderados
Agustina contó su historia y su proyecto y quedó seleccionada entre ocho participantes, de más de 800 postulantes que se presentaron en todo el país para el premio Abanderados.
La votación comienza el 8 de noviembre y para saber cómo ayudar a Agustina con tu voto podés seguir las redes sociales de @goodwill_ar en Instagram, donde van a estar compartiendo los datos y la info de cómo votar a Agustina a partir de este viernes.
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