Pirotecnia de bajo impacto sonoro, festejar con empatía

Flavia Irós y Malena Pozzobón visitaron en la localidad de Juárez Celman un local de venta mayorista de pirotecnia de bajo impacto sonoro.

Se trata de pirotecnia que no sobrepasa los 87 decibeles y que ofrece más bien un show de luces sin dañar a nadie y a las personas con sensibilidad sonora como los niños con autismo no los perturba.

Comprometido con su trabajo como comerciante Cristian Baster ha trabajado junto a la Fundación Familias CEA de Córdoba (condición del espectro autista) y varios diputados provinciales para que se regule a través de una ley la venta de pirotecnia segura y de bajo impacto sonoro.

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A su vez Yanina Hayas es mamá de Bautista de 12 años con Condición del Espectro Autista (CEA) y Octavio de 9 con trastorno específico del lenguaje y del procesamiento sensorial. Ambos perciben las sensaciones de forma distinta.

Frente a los shows de pirotecnia cuenta: “Ellos no comprenden lo que pasa afuera por el ruido y lo viven con mucho dolor, angustia, esperando que pase lo más rápido posible”.

Fiestas en el baño prendiendo la ducha para aislarse del ruido, abrazados y con sordinas en los oídos, una realidad puertas adentro.