La Selección Sub 20 y el efecto Qatar

Los chicos de la selección argentina Sub 20 parecen ser los herederos del amor entre la gente y la celeste y blanca que explotó durante el Mundial de Qatar del año pasado.

En Santiago del Estero, los pibes que dirige Javier Mascherano reciben a cada momento el cariño y el reconocimiento que los grandes, encabezados por Lionel Messi, supieron cosechar.

Esto no significa ni que hoy sea un gran equipo, ni que logré la consagración en nuestro país, ni mucho menos que estén obligados a lograr el título. Simplemente es la muestra evidente del estrecho vínculo que une hoy a la gente con su Selección.

Más de 37 mil personas llenaron el magnífico Estadio Madre de Ciudades para ver el debut del equipo de Mascherano y harán lo propio en el segundo partido ante Guatemala.

Durante el día, cientos y cientos de hinchas de todas las edades, desfilan por la puerta del hotel céntrico de Santiago del Estero donde concentra el plantel.

Se viralizó en las redes el pedido -que luego fue complacido- de Cristian, "un chaguito" santiagueño de 9 años, que imploraba por una foto con el Colo Barco.

Los jugadores devuelven ese cariño y varias veces al día salen a saludar y sacarse fotos.

Al mejor estilo Forest Gump, Javier Mascherano se vino corriendo 8 km desde el campo de entrenamiento hasta el hotel, pero cuando llegó transpirado, se tomó el tiempo para firmar autógrafos y tomarse selfies con quién lo pidiera.

El ida y vuelta entre el público y chicos es permanente.

Los parientes de los futbolistas que acompañan a los jugadores superan el centenar y en el caso de Matías Soulé viajaron en cinco vehículos desde su Mar Del Plata natal.

En lo futbolístico, Argentina dio un paso clave para clasificación tras vencer en el debut a Uzbekistán 2 a 1.

Fue un partido complejo, equilibrado, con una enorme carga emotiva, en el que Argentina ganó dando vuelta un resultado adverso en una muestra de carácter.

No jugó bien, pero logró un triunfo ajustado frente a un rival ordenado, de buen funcionamiento y agresivo, el más difícil del Grupo A.

Argentina defendió mal, pero fue eficiente en la ofensiva. Mostró la jerarquía del volante de creación del Inter, Valentín Carboni, el atrevimiento del extremo de Newells Brian Aguirre y las proyecciónes del lateral de Boca Valentín Barco, que asistió a Carboni en el segundo gol.

Ahora viene Guatemala, un rival ordenado, aunque menos agresivo que el uzbeco. Mientras tanto Santiago del Estero se viste de Mundial y tiene clima de Mundial.

Lo disfruta con la calidez de su gente y exhibiendo un estadio majestuoso.

A la gente santiagueña no le importa demasiado si los chicos ganan el título o no, sólo quieren alentar y contener a un grupo de chicos que llevan la camiseta del campeón del mundo.

El efecto Qatar se siente en Santiago del Estero.

Frente al puente Carretero y a orillas del Río Dulce el amor es más fuerte.