Un encuentro único
23/07/2022 | 12:19 | En la Isla Guadalupe, situada en México, una excursión permite sumergirse en jaulas y ver a estos animales nadando en su hábitat natural. Dura 45 minutos. Es un momento único.
¿Se puede nadar con tiburones? ¿Pueden estar en un mismo lugar que los humanos sin querer devorarlos? ¿Es posible? Claro que si. La Isla Guadalupe es una reserva natural y es de los pocos sitios donde todavía es posible ver en su hábitat a una especie imponente como el tiburón blanco. Se encuentra en México, a 260 kilómetros de la costa de la Península de Baja California.
El tiburón es testimonio viviente de una era en la que la vida emergió del mar para dar paso a los primeros reptiles, luego a los dinosaurios y finalmente a los mamíferos.
Esa es la razón por la que Isla Guadalupe, además de ser una reserva protegida desde el 2005, es el lugar ideal para encontrarse cara a cara con el majestuoso tiburón blanco, que lejos de ser un monstruo, resulta ser un tierno y curioso gigante del mar.
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Hoy en día, sólo el 25 por ciento del planeta no fue alterado por la mano del hombre. Y son muy pocos los lugares que dan la oportunidad de conocer cómo son los ecosistemas en su ambiente natural.
Sólo se puede ir a la reserva con una excursión. Una embarcación se adentra en las aguas y las instrucciones son claras: "Está prohibido nadar y bucear sin las instrucciones de los responsables de la embarcación”. Esto sólo se puede hacer dentro de una de las dos jaulas acondicionadas, ya sea para sumergirse solo a dos o a cinco metros.
Para bajar, dos pescadores se colocan en ambos costados del barco lanzando una carnada apara atraer al tiburón. Sin embargo, son los peces del lugar quienes acuden a devorar el festín. De inmediato, cuando se escucha el grito de “tiburón, tiburón”, se da aviso a los buzos que es el momento de entrar.
El ingreso a la jaula es la ante sala de una experiencia magnífica. Sumergirse y poder ver el tiburón blanco a unos escasos metros es tan escalofriante como maravilloso.
La experiencia dura unos 45 minutos, tiempo máximo indicado para una inmersión. Parece poco, sin embargo es el tiempo suficiente como para elevar la adrenalina a niveles altísimos.