Maduro: del pajarito al coronavirus (Por Adrián Simioni).

Todo vuelve

Maduro: del pajarito al coronavirus

18/03/2020 | 15:56 | El autócrata venezolano decía que el FMI era el demonio. Ahora fue a pedirle plata. Y el "diablo" le dijo que Venezuela no tiene un presidente con quién firmar nada.

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El coronavirus también empezó a circular por Venezuela. Pero aparentemente allí no da fiebre. Los que se contagian se olvidan por completo de lo que decían hasta hace poco.

Todo indica que eso es lo que pasó con Nicolás Maduro, que acaba de pedirle 5.000 millones de dólares nada menos que al FMI para poder enfrentar la pandemia.

En octubre el mismo Maduro decía que el FMI era el instrumento de Estados Unidos para imponer la explotación capitalista en América latina. En noviembre se alegraba del estallido en Chile porque América Latina se estaba levantando contra el FMI y el capitalismo salvaje. Cuando estalló Ecuador dijo que el Fondo era un instrumento del “mismísimo demonio”.

Hugo Chávez, el autócrata que antes de morir puso a Maduro en el poder, había sacado a Venezuela del FMI en 2007. Y en 2008 lo había responsabilizado de la crisis mundial de aquel año. Por ese entonces, Chávez, charlatán con plata, y opinaba que el Fondo debería “suicidarse, disolverse”.

Ahora, como si la historia no existiera, Maduro, charlatán sin plata, le pide prestado al diablo.

El Fondo ya le respondió. Le dijo que no. Que tiene prohibido prestarle a países cuyos gobiernos no están reconocidos internacionalmente.

Y Venezuela, como se sabe, tiene dos presidentes: Maduro y Juan Guaidó.

Hay que hacer una breve historia. En 2015 Venezuela tuvo elecciones legislativas. Los distritos electorales habían sido redibujados por Maduro para beneficiar al chavismo. Al proceso electoral lo controlaba el chavismo. Al tribunal electoral también. A la fecha la puso Maduro.

Sin embargo, la oposición no sólo ganó, sino que obtuvo la mayoría. Entonces, Maduro hizo lo que el chavismo no había hecho nunca: desconocer al Congreso venezolano. Simplemente inventó otro.

Así, todo terminó yéndose por el resumidero: represión, presos políticos, proscripciones. Las elecciones posteriores fueron sucesivamente inválidas. 

Hoy hay países que reconocen a Maduro como presidente. Otros reconocen a Guaidó. Y el FMI no tiene con quién firmar un acuerdo. Por más que Maduro, afectado por la amnesia del coronavirus, ya no lo considere un instrumento del diablo para imponer el capitalismo colonial en América latina. Por más que Maduro ya no hable con el pajarito de Chávez.