Ambiente
18/11/2019 | 18:20 | Los autos eléctricos ya no se están haciendo para universitarios ricos y snob de clase media.
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Hay noticias que tienen, más allá de su novedad, un impacto simbólico, porque trascienden los hechos puntuales sobre los que habla la noticia.
Hoy, en Estados Unidos, la novedad empresaria es que Ford va a lanzar un nuevo coche eléctrico. Hasta ahí, no es gran noticia. Cada vez se lanzan más coches eléctricos.
Lo llamativo es que el nuevo auto va a ser un utilitario deportivo y que va empezar a rodar bajo la muy tradicional y valiosa marca Mustang. Desde 1964, los Mustang, que significa potro, caballo salvaje, en inglés, han estado asociados a la imagen de músculo, masculinidad y libertad. Por eso la jugada de Ford llama la atención del mundo marketinero y marca una nueva etapa: los autos eléctricos ya no se están haciendo para universitarios ricos y snob de clase media con carísimas ínfulas ambientalistas. Eso ya pasó. Ahora los coches eléctricos empiezan a hacerse hasta para el supuesto machote fierrero al que le gusta correr picadas.
Para eso, para que este hito no naufrague en las concesionarias, Ford tiene que vender un auto eléctrico, pero que siga siendo un potro. Entonces hay también una superación de la técnica en los autos eléctricos. El nuevo Mustang, según Ford, ha levantado 95 kilómetros por hora en poco más de tres segundos. Y con una carga podrán hacerse entre 210 y 300 kilómetros, según el terreno.
Hay un tercer hecho en este simbólico lanzamiento. Y es que las horas del motor de combustión están contadas. Hong Kong está por prohibirlos. Los costos de las baterías (la clave en todo esto) bajaron de 1200 dólares por kilovatio/hora a 200 en tres años. En 10 años, la mitad de los coches que se vendan serán eléctricos.
Las implicancias son gigantes. Desde geopolíticas (China ya es el gran fabricante mundial de baterías y es difícil que Estados Unidos la alcancen) hasta locales: ¿qué tendrán que hacer las automotrices de Córdoba y sus proveedores, por ejemplo, para subirse a este tren?
Y la mayor implicancia es ambiental. Hasta ahora, la energía solar y la eólica tenían un talón de aquiles. Había que consumir la electricidad que generaban de inmediato porque no había baterías gigante donde guardarlas para usarla cuando no hubiera sol o viento.
Ahora, cuando tengamos millones de coches, la suma de sus baterías le dará por primera vez a la humanidad la capacidad de almacenar en forma descentralizada una gigantesca cantidad de energía renovable. Y eso va a reducir enormemente los costos de la electricidad solar y eólica. Tiembla el petróleo. Sonríe el planeta.