Máquinas y pilotos ya vibran ante la inminencia de la largada de la competencia.

Una travesía de casi 8.500 kilómetros

Será la carrera más dakariana corrida hasta ahora en los territorios de Sudamérica

31/12/2011 | 10:00 | Arena, cansancio y altas temperaturas conformarán un cóctel perfecto para comenzar a sentir por qué este rally está considerado el más difícil y extremo del mundo.

El Dakar 2012, que unirá Mar del Plata con Lima, previo paso por el desierto de Atacama, es una travesía de casi 8.500 kilómetros que deparará a los competidores un rally mucho más duro que los tres anteriores corridos en Sudamérica, con más arena, más dificultades y abierto hasta la última etapa, según coincidieron los principales protagonistas.

“Este año será más africano, más complicado y lo bueno es que habrá emoción hasta último momento porque las cosas se pueden definir en la etapa final”, afirmó el catalán Marc Coma, quien ganó tres veces el rally, incluida la última edición.

Su compañero de equipo y archirrival, el francés Cyril Despres, también con tres títulos en su haber, coincide con el español y pronostica que el Dakar 2012 "pinta bien" aunque será más desgastante que los anteriores.

Ambos apuntan al desafío que significa la parte peruana, no sólo porque se trata de un nuevo terreno para la competencia, sino por lo intricado de los caminos y el tipo de arena diferente a la de Chile y Argentina.

A ello, hay que sumarle el cansancio de pilotear en la arena y en las dunas, que harán su entrada triunfal en la temida Fiambalá (Catamarca), primer filtro de la competencia y etapa previa al cruce a Chile por el Paso de San Francisco, a 4.700 metros de altura.

Arena, navegación y altas temperaturas conformarán un cóctel perfecto para comenzar a sentir por qué este rally está considerado el más difícil y extremo del mundo.

“Va ser una carrera muy bonita pero complicada y por lo que hemos visto, Perú será duro hasta el final”, indicó a su vez el catalán Nani Roma (Mini-BMW), que ya corrió 16 Dakar.

Las motos tendrán una dificultad extra en este rally: la etapa maratón, que no se ponía en práctica desde 2007.

En esta etapa, 11º del rally y primera en suelo peruano, los pilotos de las dos ruedas estarán obligados a tener un campamento alejado del resto y en solitario, sin asistencia mecánica. Serán ellos mismos quienes deban arreglar su moto en caso de rotura y eso puede implicar horas de sueño y agregar más cansancio.

Para Marc Coma, la clave está en “ser cuidadosos durante toda la etapa” y por ende “la fiabilidad de la moto” será fundamental.

En cambio, Despres lo ve con ojos más aventureros y nostálgicos de aquellos Dakar que se corrían en Africa.

"Va a ser bueno, esa atmósfera tan especial que tiene la etapa maratón. Ahora, estamos rodeados de gente, de cámaras, pero en unos días vamos a estar solos en un campamento, sin gente, sin asistencia. Todos motociclistas, muy cansados después de una etapa extenuante. Sí, eso va a ser muy bueno", reflexionó.

Más allá del énfasis que pongan los pilotos a la hora de expresar el reto que significará este trigésimo Dakar hay algo en lo que todos se ponen de acuerdo. “Será el más difícil y el más dakariano que se haya corrido en Sudamérica”.

De hecho, el propio David Castera, director deportivo de la carrera y encargado de delinear los caminos, le dijo a Télam: “Cada año buscamos que los terrenos sean más complicados”.