Contando los pesos: la postal de los argentinos en los supermercados.

Panorama económico

El dato que es "lo peor" de la crisis y la esperanza que ilusiona a los argentinos

15/05/2024 | 14:32

Las cajas registradoras de los supermercados evidencian que los consumidores no solo no eligen, sino que recortan sus compras al máximo. Aun en plena malaria, hay un indicador que puede ser muy alentador para los trabajadores.

Redacción Cadena 3 Rosario

Agustín Dadamio

Cuándo no la realidad del país se parece a una escena cinematográfica. “Un tipo puede cambiar de todo, pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión”, le dijo Francella a Darín en la célebre El secreto de sus ojos. Y en términos de supervivencia, bien podría pensarse que lo que una persona verdaderamente no puede cambiar es su necesidad de comprar lo básico, la comida, su alimento. Pero los datos reflejan lo contrario: el consumo en los supermercados de Rosario, por citar un ejemplo cercano, cayó en los últimos meses aproximadamente un 20 por ciento interanual. Este dato, en visión analítica, refleja “lo peor” de la crisis.

Es cierto que una parte del sector supermercadista de la ciudad más grande de Santa Fe entiende que la gente compra menos porque al disminuir el ritmo inflacionario, no ve tan fructífero el stockeo al que apostaron con fuerza los sectores pudientes en los últimos meses de 2023. Esa visión suma una observación: hoy, lo que se impone, es la cautela.

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Sergio López, referente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario y la Region (CASAR), dialogó con Cadena 3 y afirmó: “Lo que se ve es que el consumidor está muy cauteloso para comprar. Aparecieron promociones y ofertas porque la situación de consumo está retraída. La imposibilidad de comprar lo que se necesita lleva al cliente a no stockearse y comprar en el día a día”.

La minuciosidad para gastar el dinero se materializa principalmente en el consumo de fiambres y lácteos. Entre estos últimos, los consumidores optan por los que tienen menos agregados y así economizan. La cautela también se adueña de los comerciantes, que a fines del año pasado observaron alevosía en los aumentos que fijaron los proveedores y ahora están firmes en su posición de no tropezar otra vez con la misma piedra.

En efecto, López aseguró que hay una instancia de “aprendizaje” que alcanza a clientes y vendedores. “Todos somos más cautelosos a la hora de ver los valores”, señaló, y destacó: “Vemos que el consumidor no convalida precios no razonables. Aunque el comprador estaba más disconforme antes porque no sabía cuánto iba a pagar los productos”.

Lo peor de la crisis y la luz de esperanza

La inflación en el mes de abril se ubicó en 8,8 por ciento, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). En el ítem que contempla a los alimentos, el aumento mensual fue del 6 por ciento, lo que muestra que el espiral inflacionario va bajando, pero no cede definitivamente.

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Para el economista y director de DATAmiazzo, David Miazzo, en la caída de las ventas de los supermercados se ve lo más profundo de la crisis económica que golpea con fuerza al país. “En el supermercado el grueso es alimentación. Ahí se ve lo peor de la crisis, que es cuando se llega a ese nivel. En una primera instancia se recortan consumos superfluos, en una segunda instancia se sustituyen marcas. Lo más profundo de la crisis es cuando caen las cantidades consumidas”, dijo a Cadena 3.

El trasfondo de la debilidad de los bolsillos es la pérdida del poder adquisitivo. Miazzo estimó que la merma ronda el 40 por ciento, si se comparan marzo de 2024 y diciembre de 2017. En resumidas cuentas, con el dinero que antes un consumidor compraba 10 productos, ahora compra 6. Y a pesar de la dureza del dato, en este punto se abre un portal de esperanza: la recuperación salarial.

Lo positivo es que los salarios hicieron piso en marzo. Con la baja inflacionaria, las actualizaciones que vienen en adelante están algún puntito por encima de la inflación. Depende de los acuerdos salariales, obviamente, pero desde abril los salarios empiezan, muy lentamente, a ganarle a la inflación”, anticipó. Los gremios con mayor fortaleza en la negociación paritaria serían los primeros en devolverle el poder de compra a los trabajadores. La contracara estaría en los asalariados informales, que serían los últimos en percibir la mejora.

El analista económico y financiero Leonardo Piazza, a cargo de la consultora LP Consulting, pronosticó para mayo una inflación en alimentos y bebidas ubicada en torno al 4,8 por ciento, lo que significa una desaceleración respecto al 6 por ciento de abril. Mientras tanto, los supermercadistas perciben más flexibilidad por parte de los proveedores, que si bien no alteran las listas de precios como quienes venden a los kioscos, aplican bonificaciones que abaratan los productos.

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“Salvo los estacionales que tienen altas y bajas de precio, el resto de los productos se venden con algún tipo de bonificación. Asimismo, los vendedores siguen con recelo para modificar la lista de precios. Los artículos tienen vencimientos, por eso las empresas están cautelosas porque los productos en góndola se van quedando y deben acceder a algún tipo de acuerdo”, observó López.

Las treguas de los proveedores con los supermercadistas y la posible recuperación del poder adquisitivo pueden alumbrar un futuro más promisorio. Lo cierto y concreto es que la mejora de la situación no oculta lo complejo del universo actual, que lleva a miles de argentinos a cambiar sus hábitos a la hora de comprar lo indispensable, que es la comida.

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El referente de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), Ricardo Diab, confirmó que son varios los rubros afectados. “Serán meses recesivos, como avisó el Estado”, aseguró.

Consumo

El Gobierno anunció, hace dos meses, flexibilidad para comprar alimentos desde el exterior. La medida solo se observa en algunos nichos como cápsulas de café, atún y palmitos.  

Datos del Indec

El analista económico dijo que la cifra está por encima de las registradas en las gestiones de los ministros Guzmán y Massa, en la gestión Fernández. También dijo que el dólar “está planchado”.