Panorama económico
11/04/2024 | 14:11
Redacción Cadena 3 Rosario
Agustín Dadamio
La industria metalúrgica atraviesa horas de zozobra. Las estadísticas marcan que la producción se desplomó en el último año y hay escasos indicios que lleven a pesar en una recuperación en el corto plazo. El sector es clave a nivel nacional y más aún en provincias como Santa Fe, que solo en el Gran Rosario concentra el 70 por ciento de la fabricación de línea blanca argentina. El dique de contención que camufla la crisis es el sostenimiento del nivel de empleo, pero su firmeza tiene filtraciones y no es tan sólida como para ahuyentar los fantasmas de viejas épocas.
El último revelamiento de estudios económicos que difundió la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) precisó que en el bimestre enero-febrero de 2024 se registró una caída interanual de la actividad siderúrgica del 13,8 por ciento. El acumulado del año vigente es una merma que alcanza el 4,4 por ciento.
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Estos porcentajes preocupan en varios sectores. “Hay caídas muy pronunciadas en nuestra actividad, eso hace complejo el panorama a futuro”, admitió en diálogo con Cadena 3 el titular de Adimra, Elio Del Re. Esa complejidad a nivel nacional, trasladada a Santa Fe, crece notablemente. El motivo, más allá de las condiciones financieras de las empresas, es el porcentaje de importancia que tiene la industria metalúrgica en la economía provincial.
Datos de la Secretaría de Desarrollo Industrial de Santa Fe señalan que el complejo metalmecánico contiene 3217 establecimientos fabriles, de los 6100 que tiene la provincia. El sector, además, emplea a un tercio del total de los trabajadores del rubro (50 de los 150 mil empleos registrados). Aparte de las grandes empresas, hay una particularidad: el 92 por ciento de las firmas del rubro tiene menos de 50 empleados. “Tenemos sectores muy importantes a nivel nacional, carroceras, línea blanca y maquinaria agrícola”, destacó Guillermo Beccani, titular del área de desarrollo industrial santafesino, en contacto con Cadena 3.
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En esa línea, el funcionario intentó poner paños fríos a la situación. “Hay una fenomenal caída de consumo, eso se traduce en una menor producción industrial. No obstante, quiero remarcar que los complejos industriales de Santa Fe están intactos. No hay endeudamiento comercial ni financiero, y la cadena de pagos no está cortada. Hay compromiso de preservar los puestos de trabajo Si la actividad económica se recupera, la provincia está en condiciones de responder positivamente porque sus industrias están en una situación estable”, aseguró.
Sin embargo, el titular de la seccional rosarina de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Donello, dijo a Cadena 3 que al momento contabilizan 80 despidos, 500 suspensiones y 650 finalizaciones de contrato. “Estamos preocupados y tememos que haya más despidos y suspensiones”, advirtió. Complicaciones ven, entre otras, en Liliana, Electrolux, Bambi y Acindar.
Para Del Re hay una condición en especial que funciona como dique de contención y garantiza, por el momento, la estabilidad laboral de los metalúrgicos. “Aún con estos niveles de actividad se está relevando que la empleabilidad en el sector cayó menos del 1 por ciento. Eso demuestra que el rubro no despide de forma inmediata porque le cuesta mucho la formación de los trabajadores. Desprenderse de un empleado es desprenderse de un gran capital”, subrayó.
Distintas fuentes coinciden en los mismos diagnósticos: entienden que la actividad siderúrgica cayó por una retracción del consumo, que equivale a una considerable baja de ventas y conlleva una inevitable merma en la producción. Si a ese combo se le suma el aumento en las tarifas de gas y de luz, en la ecuación no hay incógnita: suben los costos, bajan los ingresos.
A ese panorama se le añaden complicaciones de carácter interno. Al menos de esa forma lo entendió el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM) de Rosario, Roberto Cristiá. “Hay pocos oferentes de acero, aluminio y cobre. Eso nos lleva a ser clientes cautivos. Pagamos más de lo que cuestan afuera los insumos. A eso sumale el Impuesto País, que incide. Acá los precios están de 30 a 70 por ciento por encima de los precios internacionales. Y desde las elecciones PASO, donde se disparó la incertidumbre sobre el futuro de la economía, muchos productores y fabricantes de insumos empezaron a aumentar los precios en dólares por el famoso índice PLD, 'por las dudas'”, se quejó.
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Una vez más, los desequilibrios económicos generan inconvenientes. “Competimos con países que tienen otras condiciones- afirmó Del Re-. Hay una apertura total de las importaciones, estamos jugando con la cancha desnivelada. No tenemos las mismas condiciones que tienen otros países. En estas condiciones, si hay recuperación económica, los productos importados tendrán mayor participación en el mercado”.
A nivel nacional el presidente Javier Milei observa con agrado la posibilidad de volcar en el campo de juego a industriales locales e internacionales y someterlos a las mismas reglas del juego, aun con las evidentes disparidades que los diferencian. Y la advertencia es pertinente: si la industria metalúrgica nacional cuenta los centavos por falta de ventas, ¿qué puede mejorar si jugadores extranjeros ofrecen precios más bajos en el mismo mercado? La respuesta es lógica y puede permanecer tácita.
El sector sindical mira con preocupación la coyuntura que acontece. En el Gran Rosario se observan problemas en varias empresas. En Rosario, la sede del Ministerio de Trabajo fue el escenario en el que se reunieron nuevamente referentes de Acindar y la UOM. Allí, confiaron fuentes a Cadena 3, la empresa comunicó que parará la planta de Heredia –emplazada en el sur rosarino-, pero garantizará la paga de los salarios al personal afectado (80 empleados).
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Donello, cabeza del gremio en la ciudad, recordó que hubo otras crisis, pero se sorprendió por la velocidad de la actual. “Esto, así como está sucediendo tan rápido, no pasó nunca. Parecido fue lo del 2001, pero se fue gestando con el tiempo. Y con las nuevas tarifas de gas y energía hay que ver cómo afecta”, avisó.
El funcionario Beccani optó por un raconto histórico más profundo para comprender la realidad metalúrgica provincial. “Desde 1975 hay un declive de la participación del sector metalúrgico en la economía. Pero hay que ser muy prudentes con las declaraciones. No advertimos una situación terminal, no hay condiciones similares a las del 90 o inicios del 2000”, aseveró.
Del Re, de Adimra, se posicionó más cerca de Donello y compartió la visión de que la velocidad de esta crisis es el componente que la diferencia de las anteriores. “Es difícil comparar esta época con otra. La velocidad con la que se están produciendo los cambios en este momento no es comparable con ningún periodo de la vida industrial argentina. El rumbo es parecido al de otros tiempos, pero la velocidad es más alta”, cerró.
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