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30/06/2014 | 07:26 | En una entrevista, dijo que “la bandera de los pobres es cristiana”, porque está en el centro del Evangelio hace 20 siglos. Señaló que la política actual está desacreditada por la corrupción.
El papa Francisco dijo que los comunistas robaron a la Iglesia Católica la causa o "la bandera de los pobres", que, a su juicio, "es cristiana", puesto que se sitúa en el centro del Evangelio desde hace 20 siglos.
En una entrevista publicada este domingo por el rotativo italiano Il Messaggero, en la que repasa temas como política, natalidad, el papel de la mujer en la Iglesia y la explotación infantil, y que reproduce la agencia EFE, Bergoglio afirmó: "Los comunistas nos robaron la bandera, porque la bandera de los pobres es cristiana. Los comunistas dicen que todo esto (la pobreza) es algo comunista. Sí, claro. Pero 20 siglos después (de la escritura del Evangelio)".
"Cuando ellos hablan, nosotros podríamos decirles: ¡Pero si (ustedes) son cristianos!", remarcó.
El Papa recordó sus años en Buenos Aires y aseguró haber sentido "dolor" cuando le advirtieron que había niñas de 12 años que se prostituían en sus calles.
"Me informé y efectivamente era así. Me provocó dolor. Pero más me dolió ver cómo vehículos de gran cilindrada conducidos por ancianos se detenían ante las niñas para pagarles 15 pesos, que usaban para comprar residuos de droga. Para mí, esos ancianos también son pederastas", afirmó.
Francisco mostró su preocupación por la caída de la natalidad en Europa, un continente que, a su juicio, parece haberse "cansado de ejercer de madre y prefiere hacer de abuela".
"El otro día leía una estadística sobre los criterios de compra de la población a nivel mundial. A la alimentación, la vestimenta y la medicina, le seguían la cosmética y los gastos para los animales. La relación afectiva con los animales es más fácil y mayormente programable", puesto que "no son libres", mientras que tener un hijo es "algo complejo".
Por otra parte, el Papa reconoció que el papel de la mujer -"la cosa más bella que Dios ha hecho"- en el seno de la Iglesia no ocupa el lugar que le corresponde, aunque aseguró que actualmente la Iglesia trabaja sobre la teología de la mujer.
Bergoglio, además, volvió a señalar la decadencia actual de la política, "arruinada" por la corrupción y los escándalos económicos.
"La corrupción, desgraciadamente, es un fenómeno mundial. Hay jefes de Estado encarcelados por esta cuestión. He reflexionado mucho y he llegado a la conclusión de que muchos males crecen, sobre todo, en épocas de cambio", refirió.
Y es que, según el Papa, "no es que nos encontremos en una época de cambios", sino en "un cambio de época" que "alimenta la decadencia moral, no sólo política, sino también en el ámbito financiero o social".
Sobre sus reformas en el interior de la Iglesia, como el Consejo de ocho cardenales encargado de la reforma de la Curia, el Papa aseguró seguir las peticiones que los purpurados realizaron durante las congregaciones generales previas al cónclave del año pasado.
"Mis decisiones son fruto de las reuniones pre-cónclave. No he hecho nada solo", reconoció.