Sociedad
27/11/2014 | 06:32 | Se trata de Antonella Cusmai –quien en los cuatro años de cursado tuvo asistencia perfecta– y Juliana Riva. Se graduaron en la Escuela Provincial de Artes Visuales de Rosario.
"Hoy es un día muy importante para nosotras y queremos agradecer a todos los que nos acompañaron por este camino. A nuestras familias, a nuestros compañeros y a los profesores y directivos de la escuela que supieron descubrir y apreciar nuestras capacidades", así comenzaron su discurso Antonella Cusmai y Juliana Riva al despedirse de la Escuela Provincial de Artes Visuales de Rosario.
Lo leyeron el viernes pasado, con el auditorio de la Biblioteca Vigil colmado de gente.
Con su graduación las jóvenes demostraron que es posible desarrollar una escuela inclusiva y, además, que nacer con síndrome de Down no es un obstáculo para transitar por el nivel superior, según publicó el diario La Capital.
Ana Chávez, docente de apoyo de las jóvenes, repasa el esfuerzo que hicieron las dos: "Fueron cuatro años de mucho trabajo en los cuales ellas pudieron completar dos itinerarios formativos, los talleres de dibujo, pintura, grabado, cerámica y escultura. Pero, sobre todo, pudieron expresarse, adquirieron, libertad, seguridad y muchísima autoestima".
Los registros del Ministerio de Educación de la provincia suman muchos casos de personas con distintos tipos de discapacidad que terminaron el nivel superior, pero ambas jóvenes son las primeras con síndrome de Down que recibieron su diploma.
Para los integrantes de la Asociación para la Inclusión de las Personas con Síndrome de Down de Rosario (Aisdro), que las dos jóvenes hayan llegado a completar el nivel superior representa haber superado todo un desafío.
Antonella no faltó nunca durante los cuatro años de cursado e incluso se animó a sugerirle al director de la carrera que organizara mejor las reuniones plenarias para no afectar siempre el mismo día de clases.
A Juliana, en cambio, se le reconoce su capacidad de concentración y dedicación.