La muerte de Néstor Kirchner
30/10/2010 | 09:41 | A diferencia de Kirchner, el fundador del Partido Justicialista fue velado en el Salón Azul del Senado de la Nación, luego de su fallecimiento el 1 de julio de 1974, aunque su velatorio se extendió por los tres días que duró el duelo.
La multitudinaria participación popular en las exequias de Néstor Kirchner fue solo comparable a los funerales de otros grandes líderes del país como Juan Domingo y Eva Perón y Raúl Alfonsín.
A diferencia de Kirchner, el fundador del Partido Justicialista fue velado en el Salón Azul del Senado de la Nación, luego de su fallecimiento el 1 de julio de 1974, aunque su velatorio en el Parlamento se extendió por los tres días que duró el duelo nacional.
Sin embargo, el velatorio más impresionante que se recuerda el de Eva Perón, que se extendió desde el 26 de julio al 9 de agosto de 1952 porque la gente no paraba de ir a despedirla.
Eva Duarte falleció el 26 de julio de 1952, a los 33 años, tras sufrir cáncer de útero, y por su fallecimiento el Gobierno declaró 30 días de duelo, en tanto que la Confederación General del Trabajo (CGT) decretó un paro de tres días.
Su velatorio se extendió hasta el 9 de agosto de ese año, en la Secretaría de Trabajo y Previsión, aunque luego su féretro pasó por el Congreso Nacional para recibir los honores oficiales.
Alfonsín también tuvo en abril de 2009 su despedida en el Salón Azul del Congreso, el espacio más imponente del Parlamento que se encuentra ubicado justo debajo de la cúpula, y recibió emotivos aplausos y expresiones de cariño de parte de miles de visitantes.
Con su bastón de mando y la banda presidencial de 1983, el cuerpo del ex presidente de 82 años reposó en un majestuoso pero también solemne marco en el Parlamento y la presencia de miles de ciudadanos de diversas sectores políticos y estratos sociales superó todas las expectativas.
Al igual que en el caso de Kirchner, una larga fila de ciudadanos aguardó en la calle y bajo la lluvia el breve momento en que iban a pasar junto al féretro del primer presidente tras el retorno de la democracia, instante en que muchos no pudieron dominar sus emociones y dejaron escapar algunas lágrimas.