Un amigo más que fiel
29/04/2023 | 12:16
Redacción Cadena 3
María Arrieta
Por María José Arrieta
Un perro guía o perro lazarillo es aquel que está adiestrado para asistir a las personas ciegas o con deficiencia visual grave en los trabajos del hogar o frente a las barreras y peligros eventuales que presenta la ciudad.
Es reconocido legalmente, lo que le otorga algunos privilegios a diferencia de otras mascotas.
Carlos Botindari, director y fundador de la Escuela de Perros Guías Argentinos, explicó que su formación les lleva unos dos años y su entrenamiento y selección comienza desde el momento en el que nacen.
“Al nacer son igual que cualquier otro cachorro y nosotros lo que hacemos es las horas trabajar en lo que se llama estimulación temprana, que es empezar a tocarle las patas, la nariz y anotar en una planilla sus reacciones”, detalló.
No todos reaccionan de la misma manera, "por eso lo que se busca no es sólo la parte morfológica y estructural -que se consigue con la línea pura de la raza- sino que tenga un comportamiento equilibrado. Es decir, no tienen que ser ni extremadamente temperamental, ni extremadamente sumisos", remarca.
La Escuela de Perros Guías Argentina, que es la única en el país, trabaja con Labradores y Golden Retriever, una raza presenta ciertas particularidades que facilitan su entrenamiento y posterior trabajo.
“Son perros humano dependientes y tienen entre un 3 y 5% más de inteligencia que cualquier otro. Además, son muy compañeros de sus amos, muy juguetones hasta el último día de su vida”, destacó.
Luego de esta selección comienza su entrenamiento y a los dos años se le entrega a la persona ciega que durante un año más, aproximadamente, realiza una tarea de “acoplamiento”.
La formación del animal comienza en las perreras, donde hay personas encargadas de la limpieza y cuidados y luego sigue con los entrenadores intermedios para finalmente pasar al instructor que se encarga de la última etapa y del acoplamiento.
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En el medio están las “familias socializadoras”, a quienes se las contacta por medio de un “Puppy Club” (Club de cachorros) y que son quienes cuidan a los cachorros cuando tienen entre 3 y 4 meses y se encargan de su socialización en diferentes ámbitos, durante un año. Trascurrido ese tiempo, los devuelven a la escuela y si hay nuevos cachorros para cuidar, el ciclo se repite.
Una vez que el perro guía tomó contacto con su amo, la Escuela realiza un llamado día a día para supervisar este acercamiento, pero luego se despegan para no generar dependencia.
No obstante, cada seis meses realizan un encuentro de valoración de los binomios (lazarillo-persona ciega) para supervisar si hay algún detalle o tarea a corregir.
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Cuidados
Tener un perro guía también conlleva una gran responsabilidad, la persona a cargo le tiene que asegurar una buena alimentación, respetar todas las consultas veterinarias y cumplimentar el patrón de vacunas y estudios de sanidad.
Hay que mantener al perro en buen estado, cuidar el cepillado y sobre todo brindarle amor.
Además, cabe recordar que si una persona se encuentra en la calle con una persona ciega y su lazarillo, jamás tiene que tocar al animal o tratar de tomarlo por su manillar. “El perro guía sólo lo maneja la persona ciega porque si se lo distrae esto puede ocasionar más adelante un accidente”, aclara Botindari.
Por año, la Escuela entrega entre 6 y 7 perros guía, dependiendo la demanda. La persona ciega que precise de uno se tiene que contactar con ellos a través de su página www.perroguia.com.ar y buscar la sección de contacto. Pueden solicitarlo desde cualquier parte del país.
Allí, deberán completar sus datos, responder un cuestionario y presentar una serie de documentación y otros requisitos.
Para obtener el lazarillo, necesitan cubrir el 50% del costo del animal de manera particular, a través de sponsors o clubes de leones, y de este modo se aseguran que una vez jubilado el primero, tendrán otro gratis de por vida.
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¿Qué pasa cuando un perro guía se retira?
Los perros guías prestan servicio por unos 8 años y tras ese periodo se retiran. Si la persona ciega cuenta con espacio en su casa se lo puede quedar como mascota junto a su nuevo perro de asistencia y mantener a ambos; de lo contrario es enviado a un asilo o a un matrimonio de gente mayor que necesite compañía o a alguna escuela especial donde pueda seguir recibiendo cuidados y cariño.
Perros guía en Argentina
La Ley de Perros Guía 26.858 permite su libre permanencia y tránsito en lugares públicos, oficinas públicas y privadas, establecimientos gastronómicos, locales comerciales, transporte público, lugares de ocio, clubes, establecimientos de enseñanza, establecimientos religiosos, centros sanitarios y asistenciales, hoteles, etc.
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Magalí vive en Laguna Paiva y es una de las dos usuarias de perros guías que hay en Santa Fe. Mila es su labradora, sus ojos a la hora de movilizarse por todos lados. Conocela en esta nota.