El "síndrome de Bella Durmiente" que nada tiene que ver con un cuento de hadas

Bella Andreou, es una joven enfermera de 24 años de Newcastle, Reino Unido, cuyo caso se viralizó en los medios ingleses al contar cómo es vivir con el síndrome de Kleine-Levin (SKL).

Conocido también como el “síndrome del durmiente” o de la “Bella Durmiente”, Bella asegura que puede pasar días enteros durmiendo, que la hacen sentirse como “un zombie”.

Su historia, lejos de asemejarse al popular cuento de hadas, tiene consecuencias en su vida diaria y social, ya que al pasar por largos episodios de sueño, se perdió por ejemplo de su cumpleaños y de ser la dama de honor en el casamiento de un amigo.

Según relató a Kennedy News, comenzó a experimentar estos episodios en 2016, a la edad de 17 años, después de beber alcohol por primera vez en una fiesta. “Tenía confusión mental, desrealización y estaba en un estado de ensueño. Me desperté y no podía permanecer despierto. Dormí la mayor parte del día, más de 19 horas, y eso duró 10 días”, contó.

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En un principio pensaron que la habían drogado, pero con el paso del tiempo la afección se intensificó hasta que lograron dar con el diagnóstico. En esta condición, el alcohol, el estrés y las hormonas son los principales desencadenantes de los episodios de sueño, por lo que los tiene que evitar en lo posible.

Bella es enfermera y está en pareja, quien tuvo que adaptarse a esta condición. “Es una situación extraña porque la extraño y aun así ella está ahí, pero simplemente no está. (...) Ella es como un fantasma. Ella realmente no sabe lo que está pasando”, dijo Meg Stone, su pareja

Bella asegura que “tiene miedo de ir a la cama” por no saber cuándo experimentará otro episodio, y espera que la gente comprenda mejor su situación.

El síndrome de Kleine-Levin (SKL) es una rara enfermedad desconocida que se caracteriza por episodios recurrentes autolimitados de hipersomnia (episodios de sueño excesivos), acompañados de alteración cognitiva y conductual como apatía, confusión, lentitud y amnesia. Además de hipersexualidad, hiperfagia (aumento de la sensación de hambre y ganas de comer), ansiedad, depresión.