Expertos en palabras
07/06/2023 | 06:56
Redacción Cadena 3
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Escritores fantasmas, la salida laboral para periodistas con discapacidad
¿Cómo trabajan los escritores fantasmas?
Desde hace más de 20 años Rodolfo Compte trabaja como escritor fantasma o ghostwriter. Tiene una prolífica carrera en el mundo de las letras, en donde se hace llamar "Casper", como el popular fantasma.
El ghostwriter o escritor fantasma es una persona que es contratada para escribir un libro, artículo periodístico, guión de cine o televisión, sabiendo que su nombre no va a aparecer nunca en la portada ni en los créditos. Si bien en la mayoría de los casos es así, hay algunas obras donde comparten un porcentaje de las autorías.
No hay un lugar donde se estudie para ser ghostwriter. En 2020 a Rodolfo lo designaron profesor en la Universidad de La Matanza para que diera un seminario, pero con la pandemia se suspendió ese proyecto. Sin embargo, este año, Rodolfo decidió crear una Asociación de Escritores Fantasmas con Discapacidad, y así ayudar a otros colegas a abrirse camino en esta profesión. El objetivo es compartir en esta comunidad las claves de cómo cotizar el trabajo, llevarlo a cabo y tener éxito en la profesión.
“Los escritores somos contratados por profesionales, empresarios políticos, emprendedores y personas que quieren dejar su testimonio a partir de un libro. Un libro es la mejor tarjeta de presentación que existe, brinda prestigio y sirve para potenciar carreras profesionales y en mi experiencia todos los clientes que me contrataron, lo lograron”, afirma Rodolfo.
En la Asociación también hay varios periodistas, entre ellos Mónica Soraci, Liliana Urruti, Agustín Alonso, Ruth Hernández, que es de Venezuela, y Víctor Camacho de México. Rodolfo asegura que el oficio de escritor fantasma genera muy buenos ingresos, algunos de los cuales promedian los 4.500 dólares por trabajo.
Las editoriales tienen un equipo permanente de escritores fantasmas, y otros trabajan de forma autónoma.
Para ser un escritor fantasma profesional lo que se necesita es tener aptitudes literarias y ser una persona atenta y empática para convivir con nuestro cliente durante mucho tiempo y mantener charlas por zoom o meet. También se requiere tener un conocimiento permanente del mercado editorial, saber cómo posicionar el libro en las redes, los metadatos para que las obras sean encontradas en internet y luego compradas, incluso pensar en la posible adaptación a una serie docuserie, documental, ficción, película o contenido que se adapte a las diferentes plataformas de streaming.
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Rodolfo explica que un escritor fantasma no sólo escribe, sino también asesora a los clientes en la forma de difundir la obra, cómo presentarla en los canales de televisión, en las radios, en las redes, en las conferencias.
El lema de la Asociación es: “Que la discapacidad no nos limite” y su objetivo se centra en destacar y resaltar las habilidades y talentos de las personas que las integramos. "Proporciona un espacio inclusivo donde podemos ser reconocidos por nuestra capacidad de escritura y tener la oportunidad de desarrollarnos profesionalmente", valoró.
Para Rodolfo ser escritor fantasma es "una excelente salida laboral" y justamente esta asociación surgió para ofrecer oportunidades a otros colegas con discapacidad, periodistas y escritores. "Formamos una red de apoyo, nos conectamos a través de whatsapp, unimos esfuerzos y compartimos experiencias recursos y conocimientos para fomentar un entorno más inclusivos”, explicó sobre esta iniciativa Rodolfo, quien tiene una discapacidad auditiva.
Las ventajas de ser escritor fantasma es que los horarios y lugares de trabajo son flexibles y se necesitan pocos recursos para comenzar. “Es una extraordinaria salida laboral porque se gana buen dinero y no se necesita inversión, se brinda flexibilidad en términos de horarios y ubicación geográfica y esto es importante para los colegas que tienen limitaciones para ir de un lugar a otro, ya que pueden trabajar desde su casa y adaptar el horario de trabajo”, detalló.
Manejo del ego
En cuanto a los egos, asegura que "escribir un libro desde el vamos, sabiendo que no va a aparecer tu nombre, suena extraño", pero los escritores fantasmas tienen en claro su profesión y lo hacen por la paga del cliente. "Tenemos un ego suficientemente sólido para no preocuparnos de que nuestro nombre esté o no en la tapa de un libro o en los créditos de una película", aseguró.
En el caso de Rodolfo llegó hasta enojarse luego de que los productores de una película argentina en la que colaboró con el guión decidieran vulnerar el contrato de confidencialidad y poner su nombre en los créditos.
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El objetivo es ofrecer servicios de escritura fantasma profesional, especializándose en autobiografías, memorias, libros de ficción y no ficción, así como guiones y obras de teatro.