Día mundial del autismo
02/04/2024 | 07:05
Redacción Cadena 3
La alimentación es una parte fundamental de nuestra salud, pero ¿qué ocurre cuando un niño tiene autismo y presenta selectividad alimentaria? Este tema genera inquietud en muchos padres y por eso es importante comprender en qué consiste este fenómeno y cómo enfrentarlo de manera adecuada.
¿Qué es la selectividad alimentaria en niños con autismo?
La selectividad alimentaria va más allá de ser simplemente exigente a la hora de elegir los alimentos. Se trata de una condición común en la infancia, aunque también se presenta en adultos, que implica la necesidad de consumir siempre los mismos alimentos, de la misma marca, en el mismo lugar y de la misma manera. Esto puede incluir preferencias por ciertas formas, texturas o colores de los alimentos, así como rechazo a otros.
Vale aclarar que no se trata de las alergias o restricción alimentar de origen orgánica que pueda tener una persona, no es algo que les cause necesariamente una alergia o algo orgánico, fisiológico.
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En el caso específico de los niños con autismo, la incidencia de la selectividad alimentaria es cinco veces mayor que en niños neurotípicos. "Esto se debe a que se combina con otras características propias del autismo, como la alta sensibilidad sensorial y la rigidez cognitiva y de comportamiento", explica a Diversidad Emiliana Nodar, psicóloga clínica y madre de un niño con autismo y selectividad alimentaria severa.
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¿Por qué ocurre la selectividad alimentaria en niños con autismo?
La selectividad alimentaria en niños con autismo se relaciona con su sensibilidad sensorial, lo que significa que su cerebro procesa los estímulos del entorno de manera diferente. Esto puede llevarlos a ser más sensibles a ciertas texturas, aromas o colores, lo que dificulta la aceptación de nuevos alimentos.
Además, la rigidez cognitiva y de comportamiento propia del autismo refuerza esta selectividad, haciendo que los niños se apeguen a rutinas y hábitos alimentarios muy específicos. Esto puede resultar en una alimentación extremadamente limitada, con graves repercusiones en su salud y bienestar.
"Los niños autistas con selectividad alimentaria severa son niños que comen solamente 1, 2, 3, 4 alimentos y no más que eso, no logran aceptar cosas nuevas, no logran incorporar algo nuevo y hacer algún cambio en lo que es su rutina alimentaria son niños que comen siempre lo mismo y en el mismo lugar o en el mismo plato, en el mismo ambiente de la casa la rigidez la llevan literalmente a los alimentos, a lo que ingieren", agrega Emiliana.
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¿Cómo abordar la selectividad alimentaria en niños con autismo?
El primer paso para abordar la selectividad alimentaria en niños con autismo es buscar ayuda profesional. Esto puede incluir la consulta con un nutricionista especializado en este tipo de casos, así como un médico con experiencia en la condición del espectro autista.
"Lo importante es que el profesional tenga experiencia con niños con selectividad alimentaria porque es algo complejo de entender. No es simplemente ver si tiene alguna carencia nutricional para poder suplementar los suplementos vitaminicos, es algo fundamental en niños con estas características para corroborar que no tenga carencia de ningún nutriente, pero sobre todo que los adultos estén acompañando este proceso porque somos parte fundamental en la alimentación de nuestros hijos", afirma Emiliana.
Es fundamental entender que la selectividad alimentaria no es simplemente una preferencia por ciertos alimentos, sino un comportamiento complejo que requiere un enfoque específico. Los padres deben estar preparados para acompañar a sus hijos en este proceso, manteniendo la calma y evitando generar ansiedad en torno a la alimentación.
Además, es importante que los padres se conozcan a sí mismos y reflexionen sobre cómo les afecta emocionalmente la situación. Buscar apoyo en otros padres que hayan pasado por experiencias similares también puede ser de gran ayuda.
La selectividad alimentaria en niños con autismo es un desafío que requiere comprensión, paciencia y apoyo profesional. Con el enfoque adecuado y el acompañamiento necesario, es posible mejorar la alimentación y el bienestar de estos niños, permitiéndoles llevar una vida más plena y saludable.
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