Opinión
06/04/2020 | 07:44 |
Cynthia Zak
2001
A las 8.30 AM del 11 de Septiembre de 2001 yo volvía de dejar mis hijos en el jardín de infantes de Miami Beach.
Entré a casa y dos minutos después sonó el teléfono.
Era Carlos Castro Torres, el jefe de noticias de Cadena 3 en ese momento, que con su inigualable voz ronca me dijo: "Nena, por qué no te fijás, parece que se estrelló un avión o una avioneta en las torres en Nueva York...".
Unos segundos para procesar la llamada y entrar en el punto sin retorno de buscar la información exacta y comunicarla de manera clara y calmada, reflejar la humanidad de todo.
Llamadas, notas, entrevistas, expertos, analistas
Yo desde Estados Unidos y Cadena 3 con toda su gente en una cobertura inigualable intentando echar luz en la oscuridad.
No había redes sociales, apenas un celular básico, teléfonos de línea, cables de agencia.
Días sin descanso y noches sin dormir
Las torres se cayeron por el atentado, Nueva York se paralizó, murieron 4.159 personas incluyendo las víctimas de los otros dos aviones que se estrellaron uno en Philadephia y otro en el Pentágono.
Pero la ciudad más cosmopolita del mundo, la que nunca duerme, el ombligo del planeta se recuperó.
La solidaridad fue conmovedora, el espíritu de su gente resiliente y compasivo.
En donde estaban las torres hay un parque magnífico, un memorial con los nombres de cada una de las víctimas, espacios públicos para que la gente pasee, se encuentre, recuerden y honren a los que partieron ese día.
NY se convirtió en el símbolo mundial de que a los obstáculos y a los tiempos oscuros solamente se los supera entre todos, en equipos y cooperando por el bien común.
2020
Como en un Deja Vu de la tragedia, Nueva York vuelve a ser el foco de todas las miradas, el epicentro de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos.
Hoy hay Google, redes sociales, WhatsApp, internet de alta gama, tecnología a granel para cubrir lo que pasa pero el desafío sigue siendo el mismo: buscar la información exacta y comunicarla de manera clara y calmada, reflejar la humanidad de todo.
Al día de hoy hay 125.000 contagiados, 3.000 personas fallecidas, hospitales abarrotados, médicos y enfermeras en situaciones heroicas, falta de insumos, crisis económica pero al mismo tiempo sin tapujos o pudores el espíritu de su gente brilla en todo su esplendor.
Los extremos se tocan, las religiones y razas se mezclan, los vecinos se ayudan como pueden, los negocios donan, los cocineros famosos organizan bancos de comida, los inquilinos son perdonados y no pagan renta, su gente sabe que de esta también salen.
En el medio de el caos NY no se rinde y la fuerza de sus barrios, desde Harlem hasta Brooklyn, desde el Bronx hasta Manhattan se nota en cada instante.
Probablemente la luz ya se vislumbra al final del túnel y nuevamente NY será el símbolo de que a los obstáculos y los tiempos oscuros se los supera entre todos, en equipos y cooperando por el bien común.