Aniversario histórico
14/03/2022 | 20:34 | Por Luis Meglioli
Luis Meglioli
Los ex presidentes coincidieron en “luchar juntos” por el fin de la dictadura de Lanusse: “Si no llama a elecciones, nos largamos todos sobre él”, confesó Perón.
Habían pasado diez años del golpe de Estado que derrocó a Arturo Frondizi, elegido presidente en 1958 con el apoyo del peronismo proscripto y el beneplácito del propio Juan Domingo Perón en el exilio. Fue precisamente el líder justicialista quien había reconocido que así como lo ayudó a llegar al poder “lo ayudamos a caer”, porque no había cumplido con los compromisos contraídos en el célebre pacto acordado en febrero de 1958 a través de sendos representantes, Rogelio Frigerio por Frondizi y John William Cooke, entonces delegado de Perón, aunque también se menciona a Giancarlo Elia Valori, influyente profesional italiano que trabó amistad con el jefe justicialista.
Entre los “incumplimientos” del entonces líder radical, dentro de los 14 puntos firmados, figuraban restaurar los sindicatos y la CGT, la autorización para que el peronismo pudiera presentarse a elecciones y el reconocimiento de los bienes de Perón en Argentina. Nada de eso se concretó. Pero el 13 de marzo de 1972, hacen ahora 50 años, este tema ni se tocó en la conversación de tres horas y media que ambos ex presidentes mantuvieron en la hoy desaparecida Quinta “17 de Octubre” del madrileño barrio de Puerta de Hierro, aunque el temario fue rico y extenso. Era la primera y última vez que hablarían.
Entre las confesiones de Perón a su ilustre visitante está una que muestra la visión del fundador del Justicialismo sobre la Argentina a la que volvería ocho meses después, en noviembre de 1972, y definitivamente en junio de 1973: “El país se encuentra dividido en dos bandos, uno constituido por la dictadura militar ejercida en nombre y representación de las Fuerzas Armadas, y otro formado por el pueblo argentino que, constituyendo la masa de una Argentina justa, libre y soberana, se opone a los designios de la mencionada dictadura que parece luchar precisamente por todo lo contrario". En otro momento, la conversación se desarrolló en estos términos:
Frondizi: --Yo no soy peronista, general, yo no soy peronista…
Perón: --Natural doctor, natural…
Frondizi: --Pero la tarea suya es hermosa, histórica. Usted es el jefe nacional, sin perjuicio de ser el jefe del peronismo (...) ¿Quién le va a negar a Ud. el papel que tiene en la historia?”.
Más adelante el ilustre visitante comenta que “la represión es salvaje en Rosario”, a lo que Perón responde: “La Juventud Peronista me ofreció hacer un golpe contra Lanusse... Pero lo rechacé (...) Es mejor obligarlo a dar elecciones. Y si no llama, nos largamos todos sobre él”.
Días después de este encuentro en las páginas de “Las Bases”, publicación justicialista de entonces, Perón reconoce que “el Dr. Frondizi en su entrevista conmigo en Madrid me ha manifestado su deseo de adherirse a la Declaración que yo hiciera en ´La Verdad es la realidad´”, en el número 10 de `Las Bases´, y donde expresaba sus planes de retorno a la Argentina.
A su vez, Frondizi, ya de regreso a Buenos Aires, declaró que encontró “a un anfitrión cordial y lúcido, con buena información sobre lo que ocurría en el país”, aseguró que “era la primera vez que nos veíamos (…)” y que en esa reunión “fue naciendo el diseño del Frente”. Precisamente, meses después surgiría el Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA), luego convertido en Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), que llevó a la presidencia a Héctor J. Cámpora (Cámpora-Solano Lima), el 11 de marzo de 1973, y poco después, tras la renuncia de éste, a Juan Domingo Perón (Perón-Isabel Perón) en las elecciones del 23 de septiembre de ese mismo año, con el 61,85 por ciento de los votos.
Esta histórica conversación tuvo lugar en presencia de José López Rega y breves apariciones de Isabel Martínez de Perón para saludar y servir un café para Perón y un té para Frondizi, y transcurrió en un clima de mutuo respeto, expresado incluso por ambos frente a frente. Todo lo que se dijeron aquel día quedó registrado en cinco casetes grabados por José Miguel Vanni, último administrador de los bienes de Perón en España.
En conversación con este periodista al promediar la década de los 90, Vanni comentó que siempre que acudía algún personaje argentino importante a visitarlo, “el general me pedía que me pusiera cerca y tomara nota de lo que charlábamos”, con el fin de tener elementos para escribir sus cartas que enviaba periódicamente a los militantes peronistas en Argentina.
En esta ocasión, “por el nivel de los interlocutores”, reconoce Vanni, decidió grabar la charla, aunque ni Perón ni Frondizi lo advirtieron. El mismo colaborador de Perón realizó días después una breve síntesis del extenso diálogo para entregar a su jefe y guardó los audios que más de veinte años después conservaba y ofreció a este periodista, que ejercía su profesión en Madrid, que trabajara en su publicación, lo que se concretó tiempo después aquí con el libro “Perón-Frondizi, la conversación”, editado en Córdoba por Emporio Ediciones y prologado por el periodista Nelson Castro.
Fuente: “Perón-Frondizi, la conversación”, Emporio Ediciones, Córdoba, 2015
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