Conflictos bélicos
08/02/2024 | 12:58
Redacción Cadena 3
Marcos Calligaris
En su aclamado libro Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones, el psicólogo cognitivo y profesor de Harvard, Steven Pinker, sostiene que la sociedad actual es mucho menos violenta que en siglos pasados, incluso que en décadas pasadas.
Entre sus argumentos, el científico canadiense concede vital importancia a los avances en materia de comunicación, al plantear que lo que en realidad ocurre es que ahora se informa más sobre hechos violentos, dando la impresión de que la cantidad de víctimas de violaciones, asesinatos y guerras es mayor.
Pinker agrega que el reemplazo de valores tradicionales (la familia, la tribu, la tradición y la religión), por el individualismo, el cosmopolitismo, la razón y la ciencia, ha llevado a una reducción considerable de la violencia, haciendo que el momento actual sea posiblemente el más pacífico de la historia.
Esta idea coincide en cierto punto con la hipótesis científica de la autodomesticación, que plantea que, al igual que sucedió con los animales domesticados, ha existido un proceso de selección artificial de los miembros de la especie humana realizada por sí misma, mediante el cual se habría mostrado preferencia por individuos con comportamientos colaborativos y sociales como una forma de optimizar el beneficio de todo el grupo.
Sin embargo, no es lo que pasa por la cabeza del secretario general de Naciones Unidas por estos días, quien acaba de plantear lisa y llanamente que el mundo "está entrando en la era del caos".
Al presentar ante la Asamblea General sus prioridades de trabajo para 2024, este miércoles António Guterres describió el mundo actual como "una peligrosa e impredecible ley de la selva (donde reina) la total impunidad", con amenazas como una crisis climática desbocada, una inteligencia artificial sin regulación, unas instituciones internacionales no representativas y unas desigualdades cada vez más agudas.
Para ser más específico, señaló que los conflictos armados en el mundo tienen "atrapados a millones de personas para las que la vida es un infierno diario y mortal". Y citó, entre otros, los casos de Sudán, la República Democrática del Congo, Yemen, Taiwán, Birmania, Israel, Gaza o Ucrania.
Tengo presente el mar de refugiados ucranianos que me tocó presenciar durante las primeras horas de la invasión rusa en febrero de 2022, y aquel voluntario polaco que al pasar me vaticinó que la guerra se extendería en tiempo y, peor aún, en espacio.
"Junto a la proliferación de conflictos, las necesidades humanitarias mundiales están a un nivel sin precedentes, pero la financiación no está a la altura", agregó Guterres, y señaló que "hay gobiernos que ignoran y socavan los mismos principios del multilateralismo, sin rendir en absoluto cuentas. El Consejo de Seguridad, principal herramienta para la paz mundial, está estancado debido a las fisuras geopolíticas", se lamentó.
Nada nuevo bajo el sol.
Durante el Imperio romano hubo un período duradero de relativa paz y estabilidad en épocas en las que no proliferaban Instagram, X o Tik Tok. Se trató de lo que la historiografía define como Pax Romana, algo más de 200 años, desde el reinado de Augusto (27 a.C. - 14 d.C.) en los que prácticamente no se desarrollaron conflictos, lo que facilitó el intercambio cultural y comercial, contribuyendo al desarrollo de la civilización romana.
A este período le siguieron casi 50 años en los que el Imperio casi colapsó por conflictos militares y sangrientas guerras civiles. La crisis del siglo III, conocida también como la crisis imperial, fue un caos violento que terminó provocando la división de Roma en el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente.
Los romanos no habían aprendido una lección definitiva, habían acordado por un tiempo.
En 2024 vivimos un año clave en el que la mitad de la humanidad irá a elecciones. Para el secretario general de la ONU, esto se da en un momento en que "cada vez más gente está perdiendo confianza en las instituciones y fe en el proceso político".
No obstante, tenemos la posibilidad de elegir quiénes nos dirigirán.
¿Estaremos condenados a repetir la historia de períodos de violencia, o nuestra autodomesticación nos permitirá en algún momento dejar de repetir los errores del pasado? ¿Tendrá la Inteligencia Artificial un papel positivo o acrecentará el caos? Tarea para científicos como Pinker.
Tolstói tenía una visión pesimista al respecto. En Guerra y Paz, el gran escritor ruso argumenta a través de sus personajes que la historia se desarrolla de manera impredecible debido a la multiplicidad de factores que influyen en los eventos, y que es ilusoria la idea de que los líderes o individuos pueden controlar completamente el curso de la misma. "Una visión hegeliana de la historia", me comenta mi amigo y erudito tolstoyano Daniel Utrilla.
Si estamos entrando en la era del caos o no, como plantea Guterres, está por verse. Lo que parece más claro, es que ya no podemos jactarnos de estar viviendo el momento más pacífico de la historia.
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