Opinión
18/03/2020 | 11:08 |
Cynthia Zak
Coronados somos más humanos.
Las diferencias sociales, económicas y raciales se desdibujan. Somos interdependientes y lo que está sucediendo a nivel mundial lo confirma.
Tan vulnerables como poderosos, tan llenos de dudas como de respuestas, tan humanos. Ahí están nuestras dos alas: la del conocimiento y la de la compasión que representan nuestras manos.
Es hora de unirlas en este balance en donde todo lo aprendido, estudiado, practicado, los caminos recorridos, se unen con la compasión más primal e inocente hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Que cada acto de lavarnos las manos sea un momento presente que se lleve los miedos y la ansiedad.
Que el jabón confirme nuestra condición humana y el agua lave lo que no nos sirve.
Tenemos una grandiosa oportunidad en frente nuestro. La oportunidad de practicar todos los caminos interiores que conocemos, de poner en práctica el agradecimiento y la respiración, de cuidar al otro y compartir la fe y la esperanza; de elegir qué leer, escuchar y mirar
Es un momento dorado para la humanidad para exaltar la solidaridad y el entendimiento, para sorprendernos a nosotros mismos en la ecuanimidad y la calma.
Nuestra mente radiante, nuestro corazón abierto, nuestras manos limpias y listas, nuestros oídos llenos de palabras positivas, nuestros ojos para ver más allá de las apariencias y encontrarnos curiosos y sin juicios con los demás.
Estamos coronados como humanos, nuestra cabeza abierta a lo divino y nuestros pies honrando esta tierra que tanto nos necesita.