Crisis de crecimiento en el país de la estanflación

La siguiente afirmación lo sorprenderá: los intendentes y jefes comunales de las localidades y pueblos de la región manisera de Córdoba tienen que lidiar con una crisis de crecimiento.

Territorio excéntrico dentro de un país con una economía con inflación acelerándose; una pobreza infantil desbocada; indicadores desgarradores del abandono escolar de los adolescentes.

Una nación con "vivos" que cobran planes sociales de muertos y que le paga mal a los mismos médicos que aplaudía en pandemia.

Una economía regional de US$ 1.000 millones

"Me siento a tomar un café en la estación de servicio de la entrada de nuestra ciudad y es un placer ver el momento del cambio de turno. Ves los chicos que van creciendo poco a poco fruto del trabajo", decía ayer Gustavo Botasso, el intendente de la ciudad de Hernando en la jornada de conferencias "Mani Sustentable 2035". Largo plazo y cultura del trabajo. Una rareza.

Con el marco de la 67ma Fiesta Nacional del Maní, el municipio que dirige Botasso organizó junto a la Cámara Argentina del Maní, la Fundación del Maní y el Gabinete Productivo de Córdoba un encuentro donde se habló de la sustentabilidad, productividad y el impacto de esta industria en el empleo y la inversión.

En el panel del que participó, también estuvieron Franco Morra y Liliana Ruestch, intendentes de General Deheza y Ticino, respectivamente.

Ambos contaron detalles de los inconvenientes que genera esta industria en la economía de sus localidades: primer ejemplo; necesitan más viviendas porque la ciudad se amplía por la llegada de nuevas familias trabajadoras. Segundo, demandan infraestructura por la llegada de nuevas empresas que se complementan con lo que genera la producción de maní.

“Son pueblos con pleno empleo”, sintetiza Ruestch. Y Morra aporta: “Muchos profesionales están eligiendo este tipo de ciudades por la calidad de vida”. Problemas que surgen por el crecimiento económico. La única salida no es Ezeiza.

No soy únicamente yo, pero…

Obvio, no es sólo el maní. Pero es la locomotora. De lo que exporta Argentina el 90% se produce en Córdoba y casi todo se cosecha en tres departamentos de esta provincia. Una economía regional que genera ventas al exterior -la mayoría a Europa- por US$ 1.000 millones.

¿Un dato que evidencia el empuje de la región? La Aduana de General Deheza tiene más flujo que la de Córdoba.

El empuje fue evidente ayer en Hernando. Las empresas maniseras y una docena de municipios donde están enclavadas convocaron a diputados nacionales, legisladores provinciales, secretarios y ministros del gobierno de Córdoba y dos decanos de universidades nacionales que anunciaron diplomaturas para el sector.

Por unas horas todos vieron - con la evidencia que aportaron dos ingenieros agrónomos y directivos del INTA - como esta cadena productiva en las últimas cuatro o cinco temporadas mutó su tecnología (máquinas mecánicas por neumáticas), incorporó la siembra directa y disparó el uso cultivos de cobertura. ¿El resultado de este cambio en el uso de la ciencia y la tecnología? La producción dio un salto enorme con menor impacto en el medio ambiente.

Por unas horas todos los presentes se quedaron pensando en el tremendo potencial de esta industria cuando llegue a ese 2035 que se fijó como meta si privados y Estado fijan objetivos conjuntos.

Atónitos y esperanzados, en un país cortoplacista y corporativo, se quedaron pensando en lo que habían visto y escuchado. Entendieron -creo- todo lo que hay detrás de un cambio de turno en una planta industrial.