Ucrania lanza drones sobre Moscú

Guerra en Ucrania

Drones sobre Moscú: Kiev intensifica sus ataques en territorio ruso

21/08/2024 | 15:17

Además de atacar la capital rusa, Ucrania continúa con su ofensiva en Kursk, abriendo un nuevo frente histórico en el conflicto. 

Redacción Cadena 3

Marcos Calligaris

En un giro inesperado del conflicto que comenzó en febrero de 2022, Ucrania intensificó su ofensiva contra Rusia, llevando la guerra al territorio ruso de una manera sin precedentes. Este miércoles, Kiev lanzó el mayor ataque con drones contra Moscú desde el inicio de la guerra, enviando 11 aviones no tripulados sobre la capital rusa.

Según las autoridades rusas, todos los drones fueron derribados sin causar daños o víctimas, aunque el ataque provocó la suspensión temporal de operaciones en varios aeropuertos clave de Moscú, incluyendo Vnúkovo, Domodédovo y Zhukovsky. Y más que nada, generó la preocupación entre los moscovitas sobre hasta dónde pueden llegar las capacidades de Kiev.

El alcalde de Moscú, Sergei Sobianin, calificó el ataque como "uno de los mayores intentos de golpear Moscú con drones", y confirmó que las defensas aéreas rusas lograron interceptar todos los artefactos. Sin embargo, este ataque marca un cambio estratégico significativo en la guerra, ya que Rusia había sido hasta ahora un objetivo infrecuente en el conflicto.

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En paralo al ataque sobre Moscú, las fuerzas ucranianas lanzaron una ofensiva a gran escala en la región rusa de Kursk, territorio con una resonancia histórica profunda. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kursk fue el escenario en 1943 de una de las mayores batallas de tanques de la historia, donde el Ejército Rojo detuvo una ofensiva estratégica alemana, en lo que marcó un punto de inflexión en el frente oriental. Por este motivo, diversos monumentos, calles y estaciones de metro, y hasta el submarino hundido en el mar de Bárents, llevan o llevaron el nombre de esa región.

Hoy Kursk vuelve a ser un campo de batalla crucial, pero esta vez en el contexto de un conflicto moderno, y donde el que tomó la iniciativa fue Ucrania. Zelensky justifica su estrategia de atacar territorio ruso con el fin de llevar la guerra al "territorio del agresor". El valor simbólico de invadir Kursk es altísimo.

Según Kiev, las tropas ucranianas han logrado controlar más de 1.200 kilómetros cuadrados de territorio en esa región, incluyendo 93 localidades. Esta incursión iniciada semanas atrás ha forzado la evacuación de más de 122.000 civiles y ha dejado un saldo de 31 muertos y 143 heridos, según fuentes rusas. Como consecuencia, la Comisión Electoral Central de Rusia se vio obligada a aplazar indefinidamente las elecciones locales en siete municipios de la región.

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El ataque en Moscú y la incursión en Kursk han generado tensiones dentro de Rusia y en la comunidad internacional. Como salido de una novela de John le Carré, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) acusa a los países de la OTAN, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido y Polonia, de haber participado en la planificación y ejecución de la ofensiva ucraniana en Kursk.

El SVR entiende, según reporta el diario ruso Izvestia, que estos países habrían proporcionado entrenamiento, apoyo logístico y datos de reconocimiento a las fuerzas ucranianas, en lo que representa una implicación cada vez más directa de Occidente en el conflicto.

Desde el inicio de la invasión, Ucrania llevó a cabo repetidos ataques contra instalaciones estratégicas en Rusia, incluidos depósitos de petróleo y gas, como represalia por los ataques rusos contra la infraestructura energética ucraniana. Estos ataques, que inicialmente eran esporádicos, se han intensificado a medida que el conflicto ha avanzado, lo que indica un cambio en la estrategia de Kiev hacia una ofensiva más agresiva.

La reciente escalada en Kursk y Moscú pareciera sugerir que Ucrania está llevando la guerra directamente al corazón de Rusia, con la intención de forzar una negociación que le sea favorable. No obstante, esta estrategia podría desencadenar una respuesta más dura de Rusia, llevando a una intensificación aún mayor del conflicto, incluyendo a los países de la OTAN. De momento, Rusia descartó negociar.

Lo que parece claro es que la guerra entre Rusia y Ucrania ha entrado en una nueva fase. La ofensiva en Kursk y el ataque con drones sobre Moscú no solo son acciones militares, sino también mensajes estratégicos que podrían redefinir los términos y el curso del conflicto bélico. La comunidad internacional sigue de cerca los hechos, consciente de que las próximas acciones podrían tener repercusiones a nivel global.

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