Incendios causados por el hombre: crimen contra el medio ambiente

Las secuoyas del Parque Nacional Yosemite, en California miden alrededor de 80 metros, han cumplido más de 2000 años, árboles ancestrales, columnas vivas del planeta tierra que ahora están en riesgo de morir quemados.

Año tras año los incendios en Estados Unidos arrasan miles de hectáreas, producen evacuaciones masivas, daños irreversibles al medio ambiente, huecos económicos y una sensación de permanente desasosiego que nadie sabe cómo calmar.

Ahora mismo, mientras leen esta columna, ya hay más de 5,800 hectáreas arrasadas, 2000 edificios y casas en cenizas, miles de personas huyendo de sus hogares con lo puesto y las autoridades que piden a todo el mundo que se vaya porque en cualquier momento el fuego llega a la puerta de sus casas.

No hay tiempo que perder, ante todo se trata de salvar vidas, los refugios improvisados en escuelas y edificios públicos comienzan a alojar a la gente que ve con resignación cómo el fuego se traga sus historias, objetos de valor, documentos personales, ropa, muebles, solo quedan cenizas.

A las condiciones climáticas de extrema sequía se suman tormentas eléctricas y accidentes producidos en las líneas eléctricas que sometidas a temperaturas extremas producen cortocircuitos que desatan incendios.

Se pueden vigilar los cables, apagar las centrales eléctricas en climas extremos, estudiar el clima pero el verdadero problema es cuando los humanos, por indiferencia o con clara intención destructiva son los que inician los fuegos.

En el caso de estos incendios del condado Mariposa en California se investiga si hubo responsabilidad de algún o algunos individuos en el inicio del incendio, ya que no se ha encontrado ninguna causa natural o accidental.

Crimen de incendio provocado

En Estados Unidos iniciar un incendio a propiedades o lugares naturales como parques o bosques se considera un delito que se paga con años de cárcel y altísimas multas. Según la ley de cada estado las condenas pueden ser de un mínimo de cinco años a un máximo de 20 años dependiendo si se han perdido vida humanas, el monto de los daños y las secuelas en el medio ambiente.

El problema es que las estadísticas indican que solamente el 10 por ciento de los responsables de incendios provocados son identificados y solo el 1% son condenados ya que los incendios se consideran intencionales solamente después que los investigadores descartan todas las causas naturales lo que hace muy difícil probar y enjuiciar en la corte a quienes lo iniciaron.

Lo cierto es que nuevamente se quema la costa oeste norteamericana y ya sea por el cambio climático o por responsabilidad humana la situación está fuera de control.

Hoy en California, más tarde en cualquier ciudad argentina,el drama de los incendios no perdona geografías, situaciones económicas o recursos disponibles para frenar los fuegos.

Las sequías, diques sin agua, falta de lluvias, calores extremos son moneda corriente que nos obliga una y otra vez a preguntarnos por nuestra responsabilidad en todo esto.

Para completar el panorama en Estados Unidos el 80 por ciento del oeste del país está bajo sequía extrema hace más de un año y los granjeros se ven obligados a vender más del 40 por ciento de su ganado porque es imposible mantener los animales en buenas condiciones.

¿Qué hago yo, qué haces tú, cómo educamos a nuestros niños y a nuestros dirigentes en la conciencia del cuidado del medio ambiente?

Dejo la pregunta abierta.