Cambio Climático
24/05/2022 | 15:00 | Por Cynthia Zak.
Redacción Cadena 3
Cynthia Zak
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La Cumbre de las Américas pende de un hilo.
En 1994 Estados Unidos invitó por primera vez a los países de América del Sur, Central y del Norte a la Cumbre de las Américas. Un evento pensado para que los líderes políticos se encuentren a intercambiar y debatir temas fundamentales que afectan a todos en la región y que este año se va a realizar en la ciudad de Los Ángeles del 6 al 10 de junio.
El objetivo principal es que tanto los presidentes, ministros, mandatarios, empresarios, jóvenes y representantes de diversos sectores se reúnan para buscar soluciones concretas a situaciones y desafíos que se viven en nuestros países y que después de la cumbre se avisten acciones concretas de cambio.
El lema de este año es: "Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.
Una expresión de deseo magnífica que resume los retos cotidianos de vivir con el cambio climático, la situación post pandemia y sus consecuencias, desigualdades económicas brutales y muchos asuntos más que requieren urgentes intervenciones.
Con estas buenas intenciones Estados Unidos, país anfitrión, manda invitaciones a los diferentes países pero deja de lado a Cuba, Nicaragua y Venezuela, explicando que solamente están bienvenidos regímenes democráticos a los encuentros y debates de la cumbre.
Boicot a la cumbre
El primero en confirmar que no participará del encuentro si no están todos los países invitados fue el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien dijo claramente que ningún país debe excluirse de la Cumbre de las Américas y que México no va a hasta que Estados Unidos invite a todo el continente.
López Obrador dijo que iba a mandar un “representante de su gobierno” pero que él no iría, e inmediatamente Bolivia, Honduras, Guatemala y Brasil también pusieron en duda la participación en la Cumbre.
Este boicot, encabezado por México pone en jaque al gobierno de Biden que se arriesga a un gran fracaso diplomático en su intento de erigirse como líder de la región y a los esfuerzos de su administración por hacerlo aparecer como el paladín del mundo democrático.
Redireccionando el rumbo
Ante este panorama la Casa Blanca abrió el diálogo con el gobierno mexicano para convencer a su presidente de ir a la Cumbre e inclusive reconsiderar el envío de invitaciones a los tres países que estaban fuera de la lista de ‘bienvenidos”.
“Estamos dialogando, con el propósito de invitarlos a todos”, dijo López Obrador durante la rueda de prensa de ayer lunes, y agregó que “por lo menos ellos (Estados Unidos), han actuado de manera respetuosa y no ha habido un rechazo total, tajante”, asegurando que el gobierno de Biden “está muy dispuesto” a invitar a todos los países a la cumbre en Los Ángeles.
Estados Unidos no puede darse el lujo de llevar adelante esta cumbre sin la presencia mexicana y evidentemente las amenazas del vecino de no participar si no se invitan a todos los países ha sido contundente y efectiva.
Como dijo el mismo López Obrador, "aún quedan algunos días, espero que esta semana podamos informar, para no estar especulando, o con conjeturas, filtraciones. Una vez que tengamos todos los elementos, vamos a establecer nuestra posición aquí", agregó López Obrador.
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