Los fantasmas de Alberto

Se despertaron los gobernadores peronistas (no todos, sino los que bancaban al Gobierno).

Estaban viendo qué pasaba en la pelea entre Cristina y Alberto Fernández.

Pero se decidieron a jugar. ¿Con quién? Con Cristina.

Este viernes por la tarde hay una cumbre en Resistencia a la que convocó el gobernador de Chaco, Jorge “Coqui” Capitanich.

Y que motoriza el bonaerense hipercristinista Axel Kicillof, en nombre de la Jefa.

Excusa: tratar el futuro de la Hidrovía como corredor fluvial estratégico para la economía argentina.

Pero se nota que hay una mano que mece la cuna: la de Cristina.

Por eso, también los gobernadores van a pedir la descentralización de planes sociales, a la que Alberto, como contamos ayer, se niega.

Ya los gobernadores venían esquivando quedar atados a la suerte de Alberto y su gestión.

Por eso, muchos, casi todos los peronistas, habían decidido separar las elecciones.

Pero los muchachos son pragmáticos, flexibles. Y como no hay nada formalizado, podrían volver sobre sus pasos.

En el medio, se habla del operativo retorno de Cristina. Ya no es poner un candidato. Es ser ella la candidata.

Falta, pero…

Conclusión:

Alberto Fernández tiene cuatro frentes cada vez más complicados.

1. La relación con CFK. Más aún si se confirma que CFK prepara su propio retorno.

No se va a privar de querer presionar por medidas económicas a contramano de las que piensa Martín Guzmán. Ahora va por el Salario Básico Universal. ¿Será su bala de plata política?

2. La presión de Massa a Alberto por reorganizar el gabinete. Mañana se van juntos a Munich a la cumbre del Grupo de los 7. ¿Aprovechará Massa para apurarlo?

3. Los gobernadores. Empezó el éxodo del albertismo.

4. La anomia del propio gobierno.

La incertidumbre política se contagia a la economía, aunque tenga un respiro porque recibe 4.000 millones de dólares del FMI.

Dos ejemplos de situaciones irresueltas.

Ejemplo I: la segmentación de tarifas. Todavía falta la planilla para anotarse.

Ejemplo II: la crisis del transporte por la falta de gasoil.

El silencio de los ministros es atronador. Nadie quiere quedar sometido a la ira de la Señora.

Como escribió Lito Nebbia, que tanto le gusta a Alberto Fernández, en el Gobierno ya nadie puede dar una respuesta, ni decir qué puerta hay que tocar.

Mientras para la gestión de Alberto Fernández sólo se trata de sobrevivir porque ya no hay rumbo, piloto, ni tripulación, CFK actúa y mide sus posibilidades. ¿Le alcanzará?