Opinión
26/09/2019 | 07:59
Adrián Cragnolini
Hace cuatro años publiqué con este título un artículo en el área de opinión de Cadena 3, donde expuse mis dudas acerca de que las medidas decididas en la cumbre del Clima de París, celebrada por esas fechas, sirvieran para al menos mitigar el avance de la crisis climática.
Cuatro años después, recién acabada la nueva Cumbre del Clima de Nueva York, lamento muchísimo haber acertado en gran parte del diagnóstico.
No soy un chamán, simplemente me informo tratando de dejar de lado mis prejuicios. Voy a agregar algunas reflexiones para actualizar aquella opinión:
Un proverbio oriental afirma que cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo.
Greta Thunberg es el dedo
Si esta adolescente sueca se ha convertido en la más visible portavoz del movimiento por un mundo sostenible es, sencillamente, porque nadie lo ha sabido hacer mejor. Usa un lenguaje llano y directo, lleva una forma de vida coherente con sus principios, tiene dudas y contradicciones propias de su edad y sobrelleva lo mejor que puede su Asperger que muchos ignoran o eluden deliberadamente.
Ahora está cruzando otra vez el Atlántico rumbo a su casa. A ver cuándo volveremos a saber de ella.
A ver si cuando Greta se aparte de los focos mediáticos podremos centrarnos en el mensaje y no en la mensajera. Porque…
El problema es la Luna
Que es una forma de decir, siguiendo al proverbio de cabecera. Obviamente el problema lo tenemos todos los que integramos los reinos vegetal y animal de este pedrusco rodeado de agua salada en el que vivimos y viajamos con rumbo fijo por el cosmos.
Pocas horas después del discurso de Greta en Nueva York, la Organización Meteorológica Mundial y las principales organizaciones de ciencia climática del mundo dieron a conocer un informe que actualiza el proceso que desde hace décadas este cluster científico viene siguiendo y que en términos sencillos y sintéticos viene a decir:
El cambio climático llegará antes y más fuerte de lo previsto.
Y ratifican la “clara influencia humana” en este proceso, en concordancia con el informe “Cambio Climático 2013: Base de Ciencia Física” divulgado por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)
¿Y ahora? ¿Qué podemos argumentar para neutralizar estos datos? ¿Qué contrainforme, obviamente basado en el rigor científico, multidisciplinar y corroborado por investigadores de currículos históricamente coherentes y comprometidos con la deontología de sus especialidades, podemos oponer a estos estudios?
Incitación al compromiso
Invito amablemente a los negacionistas a entrar en un debate donde la ciencia sea el tablero donde movamos las fichas, donde iluminemos con el conocimiento lógico y corroborado las zonas oscuras que por supuesto, aún ocupan algunas áreas de este desafío vital para la humanidad. Donde cada uno salga de su zona de confort, abandone la humana resistencia al cambio y se comprometa con una solución que si no es global, que si no deja de lado mezquindades patrioteras, nunca será una solución efectiva. Ahora nuestra patria es el planeta.
E invito también tanto a alarmados, concienciados y negacionistas del cambio climático, especialmente a los de menos de 60 años, a un (riesgoso) ejercicio de transparencia: cada opinión que escribamos en las redes sociales, medios de comunicación o círculos de amigos, vamos a guardarla en una cajita. Pasadas un par de décadas, las compartiremos con nuestros hijos o nietos, y si no hemos sobrevivido, la dejaremos como herencia existencial. Así, nuestros descendientes podrán mostrar con orgullo, o no, cuál fue nuestro compromiso y cómo obramos ante esta crisis donde se está decidiendo la habitabilidad del planeta que les legamos.
Y llegados a ese punto, deseo de todo corazón que ellos no sean los últimos nietos.