Massa muestra tardía empatía a un distrito adverso

Todas las encuestas, incluso las encargadas por su propio espacio, ubican a Sergio Massa en una clarísima desventaja en la provincia de Córdoba.

Pescar en ese electorado es clave para el ministro-candidato y por eso encaró este lunes una recorrida por esta provincia; que comenzó en Río Cuarto, siguió en James Craik y culminó con un acto en el club General Paz Juniors, en la ciudad de Córdoba. Allí reunió a unos 6.000 militantes, según fuentes policiales. Para la organización fueron casi 10.000, contando los que estaban en las calles aledañas.

Después de pedirles disculpas a los cordobeses y decir que "nunca más Córdoba deberá hacer juicio para tener lo que le corresponde" en Río Cuarto, el candidato peronista se dedicó en Juniors a contrastar sus banderas con las de su contrincante, Javier Milei,  reivindicando la protección industrial, defendiendo la educación pública, la igualdad salarial de género, el actuar del Papa Francisco, la soberanía de las Islas Malvinas y rechazando la libre portación de armas.

Ante un auditorio movilizado en su mayoría por organizaciones sindicales defendió "el trabajo con derecho a la indemnización y las vacaciones pagas" frente a “la otra fuerza que busca transformar a los trabajadores en esclavos”.  “Fue conciso y claro, sabe muy bien lo que viene a buscar”, analizó un dirigente sindical al finalizar el acto.

Parado en el extremo de una pasarela de 15 metros de largo, con tres pantallas gigantes de fondo y un miniestadio decorado con banderas argentinas, el discurso de Massa comenzó pasadas las 21.30 -dos horas y media más tarde de lo anunciado- y se extendió por 20 minutos. Tal como se esperaba, convocó al electorado cordobés a acompañar su candidatura y se mostró como un candidato anti grieta.

Ese fue el marco para la búsqueda de empatía con el electorado cordobés, que se sintetizó en una idea: "Si soy electo, seré el presidente que abrace a Córdoba. Voy a llamar al gobernador (Martín) Llaryora; le voy a decir que armemos la agenda, porque Córdoba es el corazón de la Argentina y tenemos cuatro años de trabajo juntos". Y fue más allá: prometió “hacer todo lo que esté a su alcance” para que Córdoba “cobre lo que corresponde por la deuda de la Caja de Jubilaciones”.

El “centro” al actual intendente se dio minutos después que Juan Schiaretti volviera a ubicar al ministro como pieza clave del kirchnerismo. 

La provincia mediterránea pone en juego más de 1,1 millón de votos, entre lo obtenido en las generales por el gobernador local, Juan Schiaretti, y la excandidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich. Massa quiere que casi la mitad de esos votantes lo elijan el próximo 19 de noviembre. Y ayer se dedicó a seducirlos.