Miami derrumbado

Jueves 24 de Junio, 1.30 de la madrugada, noche de luna llena, frente al Océano Atlántico, la mayoría de los residentes de la torre Champlain en la ciudad de Surfside están en sus departamentos cuando el edificio comienza a desmoronarse.

Se viene abajo sin previo aviso, se cae, se derrumba acabando con 55 departamentos y cientos de vidas humanas que quedan bajo los escombros, los hierros, las piedras, el agua salada y la humedad del ambiente.

La ciudad en donde la playa y el mar convocan a la población más variada y ecléctica está en estado de shock, sin palabras, conteniendo el aliento, solidarizándose con las familias de las víctimas, tratando de ponerle un poco de sentido a un hecho trágico que era completamente evitable.

El edificio se desploma como si fuera una torre de panqueques, algunos pocos logran escapar pero el resto queda atrapado, aplastado, en una escena dantesca de una película de terror.

Ahora no queda nada en pie y al recorrer la zona de la playa, las calles y veredas todo lo que se siente es desasosiego y ese nudo en el estómago que no suelta. Veo a los equipos de rescate, los expertos, la prensa internacional, los perros buscadores de vidas, los memoriales y flores en la orilla del mar, la policía y los bomberos, todo y todos intentando echar un poco de luz a esta historia que parece no tener fin.

Los familiares de los desaparecidos están esperando noticias reunidos en un hotel y hoy los llevaron a recorrer la zona del derrumbe en grupos pequeños para no perturbar el trabajo minucioso de los rescatistas, los topos mexicanos, los ingenieros israelíes, los bomberos y policías que trabajan contrarreloj.

Ellos se pararon ahí, rezando, orando, intentando percibir si sus seres queridos desaparecidos les podían mandar alguna señal de auxilio, gritando los nombres de cada una de las víctimas, pero la realidad es que poco a poco van apareciendo más fallecidos por el derrumbe.

Tragedia evitable

El edificio fue construido en 1980 y al cumplir los 40 le tocaba pasar por su proceso de recertificación y controles. En el mes de octubre de 2018 la firma Morabito de ingeniería había hecho una inspección que detectó fallas estructurales muy peligrosas que debían ser reparadas a corto plazo. Sin embargo en el mes de noviembre de 2018 en una reunión del consejo de Surfside los oficiales de la ciudad aseguraron a los residentes que el edificio estaba en buenas condiciones a pesar de haber recibido el informe de los daños.

No está claro hasta el momento si los encargados del edificio hicieron algo para arreglar estas estructuras y parte de la investigación de las causas del derrumbe apuntan definitivamente a estos datos que además eran parte del proceso de recertificación de los 40 años del edificio y su habilitación como viviendas seguras.

Lo cierto es que ahora comienza un extensa y dolorosa investigación para señalar a los responsables de esta tragedia absolutamente evitable en la que está involucrado el departamento de justicia, el FBI e investigadores federales.

Controles estrictos

Las ciudades de Miami, Sunny Isles, Boca Raton y otras han comenzado a movilizarse ante esta tragedia tratando de responder la pregunta que se hacen miles de personas que viven en departamentos: ¿es mi condominio seguro? ¿Cómo se si no se desploma en cualquier momento porque no se hacen las reparaciones recomendadas? ¿Cómo confío en que el consorcio tome los recaudos suficientes y cuide a los residentes?

Miami ha enviado una circular a todas las asociaciones de condominios que tengan más de seis pisos y más de 40 años urgiendo a inspecciones rigurosas con firmas de ingenieros reconocidas con la obligación de enviar un reporte del estado de cada uno de los edificios al departamento de viviendas de la municipalidad en un esfuerzo por prevenir otra tragedia.

Que no sea demasiado tarde.

Que las familias de las víctimas encuentren paz.

Que estas vidas perdidas sirvan para salvar otras.

Que lo sucedido en esta ciudad de playa sirva para que en otros países también ajusten los controles y que la vivienda sea el lugar más seguro del mundo.