Táctica y estrategia presidencial

Había pasado un mes de su gobierno y Mauricio Macri decidió publicar en el Boletín Oficial el decreto de necesidad y urgencia de desburocratización y modernización del Estado.

Se trató de 170 medidas dispuestas en 22 capítulos en las áreas de gestión de ocho ministerios que modificaban 140 leyes o decretos y derogaban otras 19. Ocurrió en la segunda semana de enero de 2018.

Macri y sus ministros habían realizado, con cautela, las consultas previas para saber si el Congreso iba a apoyar esas ideas que fueron presentadas por el entonces ministro de Producción, Francisco Cabrera. Había dudas sobre las mayorías para avalarlas. Pero el DNU igualmente se presentó.

Las declaraciones de los dirigentes políticos de esos días marcaron quiénes estaban en contra del contenido pero también los que criticaban la forma de buscar cambios más que el fondo.

Semanas después, el Poder Ejecutivo de Cambiemos envió ese proyecto en tres iniciativas separadas, las que fueron aprobadas por los legisladores a mediados de junio (Ley 27.444; 27.445 y 27.446).

¿Será esa la estrategia de Javier Milei? Algunos aseguran que la falta de fecha en el mega DNU libertario fue una táctica en ese sentido ya que el mismo entraría en vigor el viernes 29 de diciembre.

La ley 26.122 establece que la vigencia de los decretos presidenciales es plena y el día de su entrada en vigor se sujeta al Código Civil y Comercial. El artículo 5 del Código determina que la vigencia ocurre tras ocho días de su publicación en el Boletín o desde el día determinado por la norma. No hay fecha, arranca el 29.

Milei ya demostró que es pragmático: sumó casta política a su gobierno, dejó a Scioli como embajador en Brasil o mantuvo (y aumentó) retenciones al campo, por citar ejemplos contrarios a su discurso de campaña.

Otro antecedente histórico que cobra valor a la luz de las “Bases para la reconstrucción de la economía Argentina” que presentó el libertario el miércoles lo recordó esta semana el periodista Ezequiel Burgo: en 1991 la discusión también fue entre forma y fondo.

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El contexto de este megadecreto es muy diferente a los ejemplos históricos mencionados: una inflación de dos dígitos con alto riesgo de hiperinflación, un Banco Central sin reservas, con pobreza del 45%, brecha cambiaria del 100%, tarifas de servicios públicos que no cubren los costos de producción, cepo, deuda comercial que duplica a la histórica y déficit fiscal del 5% que se suma al 10% del cuasifiscal.

Que la economía debe cambiar es una obviedad -“hubiésemos hecho el ajuste y devaluado”, dijo el viceministro de economía del kirchnerismo, Gabriel Rubinstein- que las decisiones políticas se tomen sin pasar por las postas institucionales de la República Argentina aún está por verse.