Otra mirada
26/11/2021 | 09:18 |
Adrián Simioni
Audios
El cepo aéreo no era por el coronavirus, era por los dólares
El Banco Central prohibió comprar en cuotas con tarjetas de crédito vuelos, hoteles, alquileres de autos y cualquier otro consumo internacional.
La medida nunca se tomó antes. Y es una nueva vuelta de tuerca extrema en el cepo cambiario.
Significa que muchísimos argentinos no van a poder viajar al exterior, ni siquiera pagando los impuestos extra de 65% que cobra el gobierno.
Hasta ahora los pasajes podían comprarse en cuotas. Ahora, sin eso, las únicas alternativas serán:
1- Pagar en un solo pago. Mucho problema. Uno, disponibilidad de dinero. Otro, topes de tarjeta. Es imposible aunque puedas. Límites de 300 mil pesos.
2- Hacer el pago mínimo y financiar el resto como si fueran saldos impagos. El tema es que ahí, por montos de hasta 200 mil pesos, hay que pagar una tasa de 43% fijada por el gobierno. Si el monto es mayor, es más caro todavía.
3- Pedir un préstamo personal y con eso calzar el pago único de la tarjeta. También carísimo.
4- ¿Qué va a pasar con los que están afuera y no llevaron efectivo?
¿Por qué?
Por la falta de dólares. Qué es la verdadera razón del cepo aéreo.
Desde hace mucho la pandemia, la cancelación de vuelos, el caos burocrático sanitario, la generación de varados en el exterior, no tienen motivos sanitarios, sino cambiarios.
De hecho, ahora se acabó la excusa de la pandemia. Pero el cepo continúa.
No sólo aéreo. El 80% de los pasos fronterizos del país siguen cerrados. Y las razones no son sanitarias, son cambiarias.
Estamos encerrados. A tal punto de que entre enero y septiembre salieron del país 379 mil argentinos, menos de la mitad de los salieron del país en el mismo período del año pasado, el año de la pandemia. Mintieron. Dejaron varados a miles no por el coronavirus. Era por los dólares.
Es un encierro que nos lleva a un aislamiento que no sólo es material y concreto. También nos lleva a un encierro y un atraso tanto mental como práctico.
Ejemplo del atraso mental es un funcionario del Banco Central que dijo que la medida no es un problema porque total quienes van de vacaciones al exterior son ricos. Sólo en un país cada vez más primitivo puede pensarse así. En el resto del mundo, no en Noruega, en América latina, la gente viaja y se mueve cada vez más no por turismo sino por infinitas razones: trabajo, estudio, familia, salud. Se viaja por necesidad en un mundo moderno conectado, no por lujo y placer.
Ejemplo de atraso práctico es que, desde hoy, los argentinos, a diferencia de las demás personas que andan por el mundo, nos hemos quedado sin tarjeta de crédito para usar fuera del país. Si llegamos a poder salir de este cepo siniestro e inconstitucional que cercena la libertad, mejor que llevemos dólares en efectivo. Nos van a mirar raro, como viajeros del túnel del tiempo, más que del espacio, unos personajes andrajosos, pobres y anacrónicos, que intentan se manejan con billetes de papel que ya no se usaban en el turismo internacional en el siglo pasado.
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