El desbalance salarios-precios es devastador

Hoy quiero reflexionar sobre una realidad que se presenta con fuerza en Argentina: la dificultad de muchas personas para acceder a lo básico y esencial. Actualmente, casi 25 millones de argentinos viven por debajo de la línea de pobreza, con un 52,9% de pobreza y un 18,1% de indigencia, según los datos del primer semestre de este año.

En un giro interesante, las encuestas recientes indican que la inflación ya no es la principal preocupación de los consumidores. El desempleo ha tomado ese lugar, superando a la inflación. Esto se comprende, dado que el índice de precios muestra signos de descenso, mientras que el desempleo sigue en aumento como resultado de la recesión. Sin embargo, la inflación, aunque cede, continúa afectando los salarios, que no logran recuperarse de las fuertes subas de precios del último año.

El especialista en consumo, Damián Di Pace, destaca un dato alarmante: en los últimos nueve años, el salario ha evolucionado un 8.000%, mientras que la inflación acumulada en ese mismo período alcanza el 10.927%. Este desbalance es devastador, ya que la inflación no solo erosiona el salario, sino que también destruye la calidad de vida de los argentinos.

La situación lleva a que casi la mitad de los consumidores argentinos, un 47%, deje de comprar productos de marcas reconocidas, optando por segundas y terceras marcas para reducir gastos. Además, un 51% de los encuestados se muestra más atento a descuentos y promociones, lo que refleja un cambio significativo en los hábitos de compra. La búsqueda de precios y promociones se convierte en una estrategia esencial para sortear la inflación.

Recientemente, en un shopping, escuché que la gente espera hasta los últimos días de la semana para hacer compras, especialmente regalos para el Día de la Madre. Esto se debe a las promociones y descuentos que ofrecen las tarjetas de crédito, que se vuelven un factor decisivo en la elección de compra. Es evidente que todos estamos tratando de surfear esta ola de cambios.

Un estudio revela que el 100% de los encuestados han modificado sus hábitos de compra para enfrentar la inflación. Esta situación plantea una pregunta interesante: ¿qué cambios has realizado tú en tus hábitos de consumo? Desde 2007, muchos hemos estado surfeando esta ola, adaptándonos a las circunstancias.

Las promociones son un tema fascinante. Un amigo me contó que, al preguntar por un par de zapatillas, le ofrecieron un 20% de descuento si pagaba con tarjeta, además de cuotas sin interés y una devolución adicional según la categoría de cliente. Sin embargo, sigue siendo más barato comprar calzado en el exterior que en Argentina, lo que añade una capa más a esta compleja situación económica.

En este contexto, algunos empresarios sugieren que, aunque el tipo de cambio y la inflación son favorables, sería beneficioso reducir los impuestos para que los productos sean más accesibles en el país. La tendencia de muchos a cruzar a Chile en busca de mejores precios es un claro reflejo de esta problemática.

En resumen, la situación económica en Argentina nos lleva a replantear nuestros hábitos de consumo y a adaptarnos constantemente a un entorno que cambia rápidamente. La búsqueda de promociones y descuentos será, sin duda, un tema recurrente en nuestras conversaciones cotidianas.