Otra mirada
29/08/2024 | 10:00
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
Audios
La propiedad intelectual en Argentina
La conversación sobre la propiedad intelectual en Argentina ha cobrado un nuevo impulso, especialmente a raíz de la discusión en torno a Sadaic. En un país donde la piratería es un fenómeno tan arraigado, es hora de reflexionar sobre cómo se protege a quienes crean, a los compositores y a los artistas que merecen reconocimiento y compensación por su trabajo.
Es cierto que la situación en Argentina ha llegado a ser excesiva. Los costos que se imponen a los eventos para el uso de música, como el caso de una fiesta de egreso que puede costar hasta 6 millones de pesos, son desproporcionados. ¿Cómo es posible que un salón de fiestas cobre esa suma, haciendo que cada persona que asista tenga que pagar 20 mil pesos solo por el derecho a escuchar música? Esto plantea serias dudas sobre la justicia y la eficiencia del sistema de cobro de derechos de autor.
Además, el dilema del doble pago es otro aspecto que no se puede ignorar. En muchos casos, los establecimientos que utilizan música ya han pagado por los derechos a través de plataformas como Spotify o YouTube. Sin embargo, la legislación actual permite que se les cobre nuevamente, lo que resulta en un sistema confuso y poco claro. ¿Cuántas veces se puede cobrar por el mismo derecho? Esta es una pregunta que necesita respuesta.
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El problema se agrava aún más cuando consideramos la ineficiencia del sistema. La aparición de cobradores de Sadaic en eventos parece ser un fenómeno aleatorio y poco organizado. Esto deja entrever que el sistema de cobro no es eficiente y que se pierden recursos en comisiones y estructuras que no aportan valor real a los artistas.
Argentina ha sido catalogada como uno de los ocho países piratas por excelencia, junto a naciones como Chile, China, India, Indonesia, Rusia y Venezuela. Este estigma no solo afecta a la música, sino que se extiende a la piratería de ropa, medicamentos y otros productos que deberían estar protegidos por derechos de propiedad intelectual. La falta de control en estos aspectos es alarmante, y la situación del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), que ni siquiera tiene digitalizadas sus patentes, es un claro reflejo de esta realidad.
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La falta de respeto hacia los derechos de propiedad intelectual no solo perjudica a quienes crean, sino que también afecta el desarrollo económico y social del país. Los medicamentos, por ejemplo, requieren de una inversión considerable en investigación y desarrollo, y es fundamental que se reconozca el trabajo de quienes contribuyen a la ciencia y la salud. Sin un marco legal que proteja estos derechos, corremos el riesgo de estancarnos en un modelo que vive de la explotación del trabajo ajeno.
Es hora de que empecemos a pensar en la importancia de proteger los derechos de propiedad intelectual en Argentina. No se trata solo de Sadaic, sino de un cambio cultural que reconozca y valore el trabajo de quienes crean. La música, la literatura, la ciencia y la tecnología merecen un entorno donde se respete el esfuerzo y la inversión de quienes dedican su vida a innovar y crear. Es un desafío que debemos asumir como sociedad.
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