¿Qué es la reduflación?

¿Saben lo que es la reduflación? La mayoría responde que no. Perfecto, porque tenemos un audio de 20 segundos de Antena 3 de España que explica este concepto que, aunque no conozcamos el término, muchos lo padecemos en nuestro día a día.

El audio menciona ejemplos claros. Habla de cómo el paquete de un producto puede parecer igual, pero en realidad contiene menos. Un clásico es la bolsa de papas fritas, donde la mitad del contenido es aire. Los consumidores se quejan de que, al mismo precio, ahora reciben menos cantidad. Este fenómeno se ha convertido en lo que algunos llaman el "engañabobos".

En España, el Parlamento discute la posibilidad de implementar una ley para combatir la reduflación, mientras que en Francia ya se ha tomado acción al exigir que supermercados informen sobre cambios en el packaging que impliquen menor cantidad o peso. En Argentina, aunque no sepamos el nombre, estamos sufriendo las consecuencias. La bolsa de papas fritas es un ejemplo claro: abrimos el paquete y encontramos más aire que papas.

El papel higiénico también es un tema. Los rollos se acortan, y uno debe leer con atención para darse cuenta de que lo que antes era de 30 metros ahora puede ser de 20. Las latas de gaseosa ahora son más pequeñas, pero muchas veces, el precio se mantiene igual. Esta reducción de tamaño y contenido se da sin que el consumidor se percate de ello.

Recuerdo cómo las bebidas de Navidad, como la sidra y el ananá fizz pasaron de ser de un litro a 700 centímetros cúbicos, sin que el precio se ajustara. Esto sucede en un contexto donde se habla de que la inflación se ha estancado o está en baja, pero la realidad es que muchos productos han visto una disminución en su tamaño y calidad, lo que disimula el verdadero impacto inflacionario.

El shampoo y el acondicionador también han sufrido cambios. Las mujeres, que suelen fijarse más en la calidad, notan que los envases se han reducido, aunque el precio se mantenga. La pasta dental ha perdido su sabor a menta y el yogur, que antes venía en litro, ahora se presenta en kilo, lo que confunde al consumidor. Además, el etiquetado engañoso en algunos productos alimenticios es cada vez más común.

Los tamaños de las facturas y chocolates también han cambiado. Los paquetes pueden parecer iguales, pero el contenido es significativamente menor. La gente que disfruta de lo dulce lo nota al abrir el paquete y darse cuenta de que, en realidad, está lleno de aire. La pregunta que queda es: ¿bajó la inflación o simplemente se redujo la calidad y el tamaño de los productos?