Trabajo en las cárceles: mano dura y mano justa

La reciente resolución de Patricia Bullrich introduce una medida que busca transformar la dinámica dentro de las cárceles federales. A partir de hoy, los reclusos en penales que dependen de la Nación deben realizar tareas obligatorias de limpieza. Esta decisión se presenta como una estrategia para ocupar el tiempo de los internos y evitar que los pabellones sean controlados por ellos, quienes a menudo imponen su dominio mediante amenazas y agresiones.

La resolución, firmada por Bullrich, entra en vigencia sin necesidad de aprobación del Congreso. Los internos del Servicio Penitenciario Federal están obligados a participar en actividades de mantenimiento, limpieza, aseo o higiene de los espacios tanto propios como comunes. Estas tareas se llevarán a cabo durante cinco horas diarias y, cabe destacar, no serán remuneradas. Según el texto, no se trata de un trabajo en el sentido convencional, sino del mantenimiento de su sector, conforme a la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad.

El objetivo detrás de esta medida es claro: se busca que los presos comprendan la gravedad de sus actos. La idea es que el progreso de los internos no dependa únicamente del tiempo que pasen en prisión, sino que deban cumplir con pautas de comportamiento. La resolución pretende erradicar lo que se conoce como la cultura tumbera, que ha prevalecido en muchos lugares. La ociosidad de los internos puede llevar a un aumento de la violencia y alteraciones del orden, por lo que es fundamental que se dediquen a trabajar o estudiar, en lugar de simplemente pasar el tiempo.

La decisión de Bullrich ha generado un intenso debate. Algunos la consideran una postura de mano dura, mientras que otros la ven como una medida de mano justa. Un defensor de la resolución señala: "Los presos deben asumir responsabilidades, así como todos deberíamos hacerlo en nuestra vida cotidiana". Hacer la cama, limpiar el cuarto y mantener el orden son principios básicos que deberían aplicarse en cualquier contexto.