Obreros de mundo...
28/04/2021 | 10:48 | Una comedia y dos dramas abordan con tono magistral los dilemas éticos y legales que, en distintas épocas, se han registrado en el universo de las relaciones laborales.
Cuando faltan horas para que gran parte del mundo haga una pausa para conmemorar el Día Internacional del Trabajador, es una buena ocasión para disfrutar, sin salir de casa, de algunas películas que se han ocupado de representar alegrías, tristezas y dificultades varias que se producen en el universo laboral.
Desde el drama o la comedia, las aproximaciones a esa parte fundamental de la vida han dejado algunas producciones de excelente calidad. Hay historias acotadas a pequeños lugares perdidos en la geografía europea y relatos que forman parte de la historia de las relaciones obrero patronales a escala mundial.
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El canal Europa Europa estrenó hace tiempo y suele reiterar con cierta frecuencia “Dos días, una noche”, una coproducción belga, franco, italiana que se desarrolla en una fábrica de paneles solares del pequeño poblado de Seraing. La anécdota, muy bien contada por Luc Dardenne y Jean-Pierre Dardenne-directores y guionistas-se desenvuelve en torno de Sandra, una empleada cuya continuidad se pone en duda poco después de que tomara una licencia por un cuadro de depresión.
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El tema, que dará lugar a un problema ético, es que en su ausencia sus compañeros tienen que prolongar su jornada laboral. La empresa , ante el nuevo cuadro de situación le ofrece a cada trabajador un ingreso extra de 1000 euros. Hasta ahí todo es alegría, excepto por el dato que subyace claramente en el nuevo acuerdo: el despido de Sandra.
El dilema está tratado con inteligencia sobre todo por el ida y vuelta que se da entre la fábrica y las familias de los operarios. La película ganó el Premio de Cine de Sídney "Por su maestría elegante narración, su dedicación a una visión del mundo ferozmente humanista super-realista, su valiente compromiso esencial con la solidaridad de la comunidad, y su celebración del poder de la mujer y la vitalidad".
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Así como “Dos días, una noche” intenta pronunciarse sobre un episodio que pone en juego una postura ética, “Made in Dagenham: una lucha por la igualdad” o “Pago justo” como la rebautizaron aquí, aborda en realidad un principio del derecho laboral que , al menos en teoría, tiene vigencia en todos los países.
Esta producción de la BBC, dirigida por Nigel Cole, transcurre en la principal fábrica de la automotriz Ford , en el Reino Unido. En ese lugar, en 1968, se desempeñaban 55 mil operarios, de los cuales una pequeña minoría, 187, eran mujeres. Semejante complejo producía entonces 3 mil autos por día.
La película recoge la lucha del puñado de obreras por lograr mejores condiciones laborales y el mismo pago por igual trabajo. El enfoque de la obra de Cole es atractivo porque incluye una mirada particular sobre los hogares de cada una de las trabajadoras y la virulencia con la que los maridos, padres y hermanos rechazaban sus pretensiones.
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Y para celebrar con una sonrisa de oreja a oreja la fortuna de tener trabajo está una comedia, “Pasante de moda”, que sigue los pasos de Ben Whittaker (Robert de Niro), un jubilado de 70 años, viudo, lleno de ganas y todavía con capacidad laboral que, por esos programas de estímulo que permiten desgravar impuestos, entra como becario al local de una diseñadora, Jules, (Anne Hathaway).
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El filme dirigido por Nancy Meyers pinta con trazo grueso esos mundos aparentemente irreconciliables de nerds informáticos y diseñadores top y un jubilado de la prehistoria laboral cuando no había celulares ni computadoras .
Por supuesto, y aunque al principio parece que todos sus intentos están condenados al fracaso, Ben no sólo encuentra su lugar, sino que además se vuelva imprescindible.
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