3 películas que ayudan a superar la adversidad

Hay circunstancias de la vida cotidiana que a veces generan desasosiego y si se combinan con problemas laborales o de relación, pueden generar un pesimismo que tiñe de tonos oscuros la existencia. Para eso también tiene remedio el cine, que siempre se las ha arreglado para ofrecer, en cualquier género, historias de superación, de segundas oportunidades y sobre todo, de esperanza.

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McFarland: Sin límites (en Disney+)

Con música del colombiano Juanes y en el escenario agreste y semi rural de la ciudad norteamericana de McFarland, el director Niki Caro acompaña a Jim White (Kevin Costner) un entrenador de fútbol americano contratado por el único secundario de un pueblo californiano de 12 mil habitantes, con una población de origen latino que sobrevive trabajando en los campos donde se cultivan verduras, frutas y legumbres.

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El guion de McFarland USA (2015) está basado en una historia real, ocurrida a fines de los '80. El panorama que se muestra al comienzo es  casi desolador. Los adolescentes que concurren al colegio están siempre pasados de sueño y sin más ilusiones que consumir el tiempo y terminar el trámite escolar para unirse al resto de la familia y envejecer cosechando en campo ajeno.

White ve un día a dos de sus alumnos corriendo de camino a clases y, con ojo clínico, encuentra en ese andar desmañado, a un posible atleta. El relato ingresa inmediatamente en la tarea que desarrolla el entrenador para motivar a sus alumnos y alentarlos a entrenar.

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Los chicos no tienen ropa ni calzado adecuado y tienen que sacarle horas al sueño para emprender una preparación que no saben a qué los conducirá. Para colmo de males los adultos rechazan cualquier iniciativa que aparte a sus hijos del trabajo rural, su única fuente de supervivencia.

La película es inspiradora no sólo por el sueño de superación que comienzan a alimentar los chicos, sino también por la estrecha relación que cultivan White, su esposa y su hija quinceañera con los pobladores locales y la impronta cultural que intercambian y enriquece la cotidianeidad de ambos grupos.

El filme muestra el avance de los chicos en las carreras que realizan primero localmente hasta llegar a la competencia estatal. Valores como la disciplina, la solidaridad y el esfuerzo avanzan, se corporizan y explotan en la línea de llegada.

Sueños de Libertad (Movistar Play)

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De 1994 es “Sueños de Libertad”, basada en un relato de Stephen King que aquí abandona sus acostumbrados giros de terror para incursionar en el particular escenario de una cárcel y, encima, conseguir que florezcan las oportunidades en un sitio donde, generalmente, la realidad sepulta cualquier ilusión.

Frank Darabont dirige a Tim Robbins y Morgan Freeman. El primero es un banquero acusado de asesinar a su esposa y al amante de ella y su compañero de infortunio, el personaje de Freeman, purga una larga condena por sus actividades de contrabandista.

Considerada uno de los filmes más valiosos del género carcelario, “Sueños de libertad” tuvo un comienzo no muy prometedor en la taquilla pero el boca boca y las recomendaciones de los críticos terminaron por convertirlo en una referencia ineludible de la cinematografía del siglo 20.

Lo que está en el corazón del relato es la posibilidad de un inocente de recuperar la libertad. El gancho más importante es la dificultad para hacerlo entre los muros de una prisión y con una condena efectiva a perpetua. El resto de la película muestra las mil y una formas de sobrevivir al peligro y, encima, hacer planes para el futuro.

Billy Elliot (alquilar en Apple TV)

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Y para completar la trilogía está Billy Elliot, dirigida por Stephen Daldry, sobre el hijo de un minero de Durham que en un ambiente hostil y lleno de dificultades originadas en una huelga interminable y de dudosa eficacia, alienta el sueño de bailar.

Billy es del año 2000 y buena parte de su eterna vigencia reside en la habilidad de los que eligieron a los actores .Gary Lewis interpreta al desconcertado padre de Billy ( Jamie Bell) un niño que nació con alas en los pies pero a quien anotan para un curso de boxeo.

A lo largo de los 110 minutos en los que se desarrolla la historia, la película tiene escenas motivadoras, sensibles y verdaderamente artísticas y uno de esos finales para salir del cine con una lágrima y una sonrisa, pensando que todo es el posible.