"Anatomía de un escándalo" o cómo la realidad imita al arte

Los vasos comunicantes entre la realidad y la ficción suelen confundir a la gente que , al final, cuando lee el diario no sabe si se trata del guión de una película y cuando se sienta a disfrutar de una historia supuestamente inventada, recuerda que lo vio en un titular .Por estas horas la ciudad de Nueva York sufre una fuerte conmoción política porque su alcalde, el demócrata Eric Adams, ha sido acusado por una ex compañera de la administración pública de abuso sexual.

Según los términos de la denuncia ,los hechos ocurrieron hace décadas, hacia 1993 , cuando ambos trabajaban juntos en Washington. La demanda ha sido entablada en las últimas horas cuando está a punto de expirar el período que una ley otorgó para que quedaran fuera de la prescripción hechos de esa índole ocurridos en el pasado.

Los episodios que la denunciante describe recuerdan a "Anatomía de un escándalo", una serie británica que forma parte del catálogo de  Netflix desde el año pasado.

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La reseña de la historia que escribieron Melissa James Gibson y David E. Kelley sigue al matrimonio de James y Sophie Whitehouse, habitantes de un mundo dichoso  aunque  enrarecido. 

El combo incluye un ministro en el Parlamento, una familia amorosa en casa y una trayectoria impecable hasta que un escandaloso secreto sale a la luz de repente.

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 La abogada Kate Woodcroft tiene una trayectoria propia, y su acusación amenaza con desgarrar Westminster, el matrimonio Whitehouse y su propia estima personal.

Está protagonizada por Sienna Miller , Michelle Dockery , Rupert Friend , Naomi Scott , Josette Simon  Geoffrey Streatfeild  y Joshua McGuire .

"Anatomía de un escándalo" tiene un cierre a la altura de las expectativas; el terremoto que desató la denuncia contra Eric Adams podría generar, todavía, incontables réplicas y no será de fácil resolución.