"Carne fría", terror en medio de la nieve. Un suceso en Netflix.

Terror y suspenso

"Carne fría": Una película sorprendente con un título para el olvido

03/06/2024 | 10:39

Es probable que hayan querido evitar alguna confusión previsible con "A sangre fría" pero le pusieron a un thriller de ritmo vertiginoso y sofocante el nombre de un documental gastronómico.

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

Sabia mezcla de thriller y terror, "Carne fría" es una película que logró una ubicación privilegiada en el catálogo de Netflix porque arranca en una dirección y cuando tiene al espectador cautivo cambia inesperadamente el enfoque. Y logra sorprender.

Lo único malo del film que dirigió el francés Sebastien Drouin es el título. "Carne fría" seguro es una (mala) ocurrencia de alguien que quiso evitar "sangre fría" para eludir cualquier tipo de confusión con "A sangre fría" el clásico con Robert Blake basado en la novela de Truman Capote.

La verdad, "Carne fría" es un nombre más apropiado para un documental gastronómico que para un film de suspenso que tiene al público expectante hasta la palabra "fin".

Lo único que se puede contar de "Carne fría" para no arruinarle la película a nadie son los primeros 5 minutos donde el automovilista David Petersen, interpretado por Allen Leech, se detiene a comer en un restaurante a la orilla de la ruta , cuando está empezando una tormenta de nieve

La que atiende el local es Ana (Nina Bergman) , una moza diligente, simpática y eficaz que , sin embargo, parece estar demasiado pendiente de los vehículos que estacionan fuera, como si supiera que se avecina algo peor que lo tormenta.

Y por supuesto, lo que teme hace una aparición digna de su miedo. Es Vincent (Yan Tual), el padre de su hija y su ex marido; un tipo violento y bebedor empedernido que viene a recriminarle por enésima vez que el juez de familia no le permite ver a su niña.

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En treinta segundos se produce lo que todo el mundo pronosticaba: El bravucón hace contacto visual con el frágil David -a esta altura único comensal-, descuenta que saldrá en defensa de la atribulada camarera e inicia lo que parece el comienzo de una pelea desigual entre un gigantón borracho y un flaquito de lentes.

Hasta ese preciso instante , la película es interesante pero convencional.Después empieza otra historia que incluye una persecución en medio de una tormenta de nieve que no permite ver el camino, la siempre vigente posibilidad de un accidente y otras cosas que se van desplegando ante la mirada sorprendida del espectador.

A esta altura la historia tiene fanáticos. Y algunos de ellos , entre los que se cuentan críticos de un sitio especializado en cine, han descubierto un "error" que los fanáticos de los autos , sostienen que es "garrafal".

No se trata del título ni la cronología. Aproximadamente a los 15 minutos y 30 segundos de la película el protagonista es visto llenando el tanque de su Chrysler Sebring con diésel.

Los "expertos" acudieron de inmediato a sus redes sociales para aclarar que el Chrysler Sebring utiliza exclusivamente nafta como combustible.

Disgresión al márgen, también es muy probable que haya alguna queja acerca del final que eligieron para una historia tan atrapante los guionistas James Kermack y Andrew Desmond, pero lo que pasa hasta la resolución del conflicto, vale la pena.

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