Drama y humor absurdo
19/01/2022 | 08:42 | Ricky Gervais le encontró la vuelta a la historia de Tony, el hombre que perdió a su mujer y que para mantenerse con vida sigue las instrucciones que ella le dejó en una serie de videos.
Hay que tener talento para llevar adelante una historia que mezcla en dosis exactas ironía, humor absurdo y el drama de una muerte que como toda muerte no tiene remedio y que afecta, en menor o mayor medida, al círculo estrecho y modifica para siempre la vida de la persona con la que se compartía comida, casa y cama y una cotidianeidad alegre, vital, segura y, en apariencias, sin acechanzas.
Ricky Gervais, el responsable de la versión original de “The Office”, se animó en “After Life” a mostrar la continuidad de la existencia de un hombre de mediana edad, que él mismo encarna, después de que el cáncer se lleva a su mujer. El desafío fue hacerlo mayoritariamente en tono de comedia, sin eludir la desesperación que aparece de vez en cuando, las ideas suicidas y también las formas sutiles que tiene la vida de imponerse.
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Para lidiar con cuestiones que parecen irreconciliables, el director, guionista y actor británico se respaldó en la creación de una preciosa galería de personajes, la mayoría de los cuales trabajan en el periódico “La gaceta de Tambury”, un medio que desdeña la agenda importante para ocuparse con exclusividad de los vecinos de una pequeña ciudad inglesa que acceden sin problema a la portada si consiguen una buena producción en la huerta, creen haber avistado un ovni, son objeto de una estafa menor o conservan la ilusión de conseguir que alguien lea alguna de las muchas novelas escritas a lo largo de cuatro décadas y que sólo han acumulado polvo.
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Netflix incorporó recientemente la tercera temporada que será la última porque, según explicó su autor, “podría mostrar un montón de cosas en una cuarta parte, pero estoy convencido de que nada será superior a lo que ya vimos y dijimos”.
La serie sigue a Tony Johnson (Ricky Gervais), el reportero estrella del único diario de Tambury que disfruta de una vida plena, feliz y relajada hasta que la muerte de su mujer, Lisa (Kerry Godliman), lo deja amargado y enojado con el mundo.
Al principio piensa en matarse pero después lo piensa mejor y decide vivir sin expectativas, dispuesto a poner a cada uno en su sitio y a decirle a cualquiera las verdades que se le ocurran, por dolorosas que parezcan.
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“After Life” se estrenó a principios de 2019 en Netflix, la segunda temporada se pudo ver a partir de abril de 2020 y la tercera y última debutó el 14 de enero de este año. Acompañan a Gervais Tom Basden como Matt, cuñado de Tony y jefe de redacción de La Gaceta de Tambury; Tony Way en el rol de Lenny, fotógrafo, amigo y compañero del protagonista; Diane Morgan en la piel de Kath, la jefa de publicidad y Mandeep Dhillon que encarna a Sandy, una pasante dispuesta a convertirse en redactora.
La serie se rodó íntegramente en Hemel Hempstead, una localidad de Hertfordshore que pertenece al área metropolitana de Londres. En lugar de apelar a flashbacks para mostrar su vida anterior, cuando era feliz, Tony apela siempre a su laptop donde tiene decenas de videos de Lisa. La mayoría reflejan simples acontecimientos de la vida cotidiana, hasta algunas bromas que los integrantes de la pareja se gastaban; salidas y juegos con la perra que se convertirá luego en la más estrecha compañía del solitario redactor y reuniones con parientes y amigos.
Están también los videos de cuando Lisa ya conoce la gravedad de su mal y comienza a despedirse sin asomo de tristeza y con una serie de recomendaciones para Tony, segura de que no será fácil su existencia en soledad.
Durante las tres temporadas, el personaje de Gervais parece a menudo desconsiderado, exhibe un malhumor perpetuo que condiciona todas sus conversaciones y se muestra dispuesto a decirle a su interlocutor de turno lo primero que se le ocurre, sin importarle el daño que puede causar.
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Las imágenes que atesora su computadora y que dejó su mujer presentan, en cambio, la parte de él que no conocemos y que, al parecer, sepultó junto a su esposa. Sin embargo, Lisa nos proporciona más de una pista sobre la clase de persona que era Tony.
“Nunca eres bueno escuchando lo bueno que eres. Pero lo eres. Eres bueno”, afirma ella que, en la inminencia de su partida, pretende la continuidad de la mejor versión del tipo que los espectadores conocemos por su acritud.
El autor y protagonista exhibe finalmente en la última temporada toda la humanidad que la muerte de su compañera pareció arrebatarle. Gervais ha elegido su escena favorita. “Hay una que he visto 70 veces y todavía me hace llorar. Es cuando Lisa lee el poema en el sexto episodio. Es un poema tan increíble, es una actuación tan increíble y lo que está sucediendo… Honestamente, ese poema, lo he amado durante años. Siempre he querido utilizarlo, es devastador”.
En la mezcla de escenas sensibles y humor ácido reside el secreto del éxito de “After Life: más allá de mi mujer”, una comedia que empieza generando reacciones encontradas y a la que el espectador se acostumbra rápidamente. Es breve, contundente y adictiva; provoca sonrisas y como las buenas producciones del género, algunas lágrimas.
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