"Cruella", retrato punk de una villana casi heroína

"Cruella", la nueva película de Disney protagonizada por Emma Stone, llegó a los limitados horarios de las salas de cine del interior ante la pandemia de coronavirus y a la plataforma Disney+ a través de un acceso premium que implica un costo adicional a los suscriptores. 

Más allá de esas limitaciones, la producción dirigida por Craig Gillespie ("Yo, Tonya") generó un fuerte impacto a pocas horas de su estreno. Lo cierto es que Disney se despega de sus historias más tradicionales y explora a través de la venganza los inicios de una de las villanas más famosas del cine: Cruella de Vil. 

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Ambientada en la Londres de los '70, la película muestra los tormentosos inicios de Estella (Emma Stone), una chica brillante que por circunstancias complicadas se une a dos jóvenes ladrones de las calles que se convierten en sus secuaces, Horace (Paul Walter Hauser) y Jasper (Joel Fry). Pero la pasión de la joven está en la moda, mundo al que se cuela por la puerta chica, como empleada de limpieza en un local de la ciudad. 

Pese a ese inicio turbulento, sus habilidades sorprenden a la Baronesa von Hellman (Emma Thompson), la referente indiscutida del diseño de modas del momento y gran villana del filme. Tras una serie de circunstancias, una chispa en Estella da inicio a la llamarada que será Cruella, un alter ego que se impone luego del descubrimiento de sí misma en la tragedia y compite con Hellman.

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Paradójicamente, durante la película puede a verse Cruella como un personaje que se gana cierta simpatía de la audiencia: cool y con mucha onda, equilibra su "lado Estella" con el del ya mítico personaje, pero no es (¿aún?) tan malvada y cruel como su antecesora de 1996, interpretada por Glenn Close. 

La gran joya del filme es el diseño de vestuario, a cargo de Jeanny Baccan y candidato cantado a múltiples premios. En un relato dinámico y por momentos coreográfico, el espectador puede sentirse en algunos fragmentos frente a una pasarela con piezas espectaculares del vestir.

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La banda sonora es impecable y encaja a la perfección con la narración: una aventura por el rock, jazz y el punk potente de la época, con clásicos como "These Boots Are Made for Walkin'" (Nancy Sinatra), Sympathy for the Devil" (The Rolling Stones) o "Should I Stay or Should I Go," de The Clash (1981).

Con inspiración en historias como "El Diablo viste a la Moda" y "Joker", "Cruella" se diferencia con momentos muy divertidos y siempre anclados en el ácido humor británico.    

Thompson logra con eficacia el toque de maldad justo para la Baronesa, sofisticada y despiadada, pero no eclipsa a la verdadera protagonista, que es Cruella. En su rol de jefa, busca darle un golpe de realidad a Estella en un mundo corporativo en el que, para ella, el oponente debe ser destruido.

Stone brilla con sus sutilezas en la piel de una magnética cuasi Lady Gaga de la moda. Disney no falla en mostrar el costado "queer" del mundo del diseño e incluye a personajes diversos que en otras épocas no tenían lugar. 

Emma Thompson se pone en la piel de la Baronesa von Hellman.

Finalmente, la escena post créditos anexa a la perfección a "Cruella" con la historia original  de "101 Dálmatas", la novela de Dodie Smith de 1956, que luego fue adaptada en formato animado en 1961 y con posteriores versiones "live action". 

Por eso, atención: a quedarse unos minutos después del final. Las puertas quedan abiertas para una continuación, donde quizás encontremos a una Cruella en su esplendor de maldad.