"Dibu", la serie que inspiró el apodo de Emiliano Martínez

Maravillas del fútbol, de la popularidad repentina y de un acontecimiento que tiene en vilo a la afición deportiva del país, la actuación del arquero Damián Emiliano Martínez,  ha generado nostalgias de una telenovela, “Mi familia es un dibujo”, que fue un éxito a fines del siglo pasado y de la que el guardameta que brilla en la Premier Ligue heredó el apodo de Dibu que ahora reina en todas las portadas.

Pelo rojizo y el rostro cubierto de pecas, Emiliano se convirtió en Dibu apenas traspuso el umbral de la pensión de Independiente, el club al que llegó desde su Mar del Plata natal.P or entonces algunos cines todavía tenían en cartelera la última de las tres películas a la que dio origen la telenovela que en los años 1996 y 1997 ocupó la grilla central de Telefe y que en 1998 derivó en una spin off en la que siguieron trabajando juntos, actores y actrices de carne y hueso con el dibujito animado de un niño pícaro y sensible.

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En el elenco original los protagonistas excluyentes eran Germán Kraus, Stella Maris Closas y Alberto Anchart. Los Marzoa-Medina, una familia multigeneracional atravesaba por un hecho excepcional. Marcela, embarazada de José Pepe Medina, da a luz un niño que es un dibujo animado. Las reacciones no son las mismas en el grupo familiar y rápidamente entienden que si quieren preservar al heredero, deben ocultarlo de la mirada de los extraños.

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La clave del funcionamiento de la telenovela es trabajar con la complicidad del público, un aliado incondicional del pequeño que, naturalmente, se comporta como cualquier criatura y alterna épicas travesuras con situaciones sensibles.

“Mi familia es un dibujo” fue el primer programa argentino en sumar a un elenco convencional una figura animada. La producción permitió el despegue de figuras juveniles como Facundo Espinosa, Marcela Kloosterboer y Andrés Ispani. El notable éxito de rating hizo que la producción proyectara la salida de un álbum musical con canciones de Cris Morena que sonaron durante meses y treparon a la lista de las más vendidas.

Para aprovechar el envión se hicieron también tres películas en 1997, 1998 y 2002. Pero volviendo al origen de todo, la telenovela, hay que decir que en 1996 la televisión argentina intentaba recuperarse del efecto Tequila y uno de los ídolos del momento era Julián Weich que conducía en canal 13 “Sorpresa y Media”.

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Dibu y su familia también conquistaron el favor popular en un año complicado para otras experiencias televisivas que apenas si salvaron el dinero invertido como 90 60 90 Modelos, Mamá por dos y Alén, luz de luna.

“Nos ayudaba mucho Cecilia Gilbert , que hacía la voz de Dibu”, contó Germán Kraus cuando le preguntaron hace poco acerca del desafío que es interactuar con alguien que sólo está en la imaginación de los actores. Encaramada en las excelentes mediciones de la serie televisiva llegaron tres películas estrenadas en vísperas de otros tantos recesos escolares.

“Dibu, la película” fue presentada en 1997, con el mismo elenco que la telenovela. Un año después fue el turno de “Dibu 2, la venganza de Nasty” para la que hizo una historia distinta a la de la tele y también hubo cambios en el reparto y finalmente se cerró el ciclo con “Dibu 3, la gran aventura” en la que repitieron Germán Kraus y Stella Maris Lanzani y otros representantes del elenco original.