"El Viaje", una sangrienta película para esperar Halloween

Por María Rosa Beltramo.

“El Viaje” es una comedia negra noruega con un director, Tommy Wirkola, que a 10 minutos del inicio y cuando el espectador supone que será testigo de una larga discusión entre los integrantes de una pareja que ya no se soporta, transforma la historia con la incorporación de tres peligrosos personajes y da inicio formal a un baño de sangre que no es para estómagos sensibles y se prolonga a lo largo de los 103 minutos restantes.

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Los desconocidos son delincuentes que se fugaron de la cárcel y tras deambular por un bosque de cuento de hadas se topan con una cabaña deshabitada que tiene todas las comodidades y hasta las provisiones indispensables para una larga estadía. El problema es que un par de horas después arriban al lugar, Lars (Aksel Hennie) y su esposa Lisa (Noomi Rapace). Director de cine él, actriz ella , atraviesan por un pésimo momento como matrimonio y arrastran frustraciones profesionales difíciles de superar.

Wirkola, que ha puesto su firma en filmes como “Zombis nazis” y “Hansel y Gretel: cazadores de brujas”, no sólo dirigió “El viaje” sino que también participó de la escritura del guión junto a Nick Ball y John Niven. Lo suyo no es la sutileza y contra lo que puede esperar un espectador ingenuo, Lars y Lisa no pierden tiempo en debatir sus diferencias ni en tratar de encontrar alguna coincidencia mínima que los salve del naufragio.

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Aunque tienen una cabaña frente al lago y todo el fin de semana por delante, cinco minutos después de llegar, están tratando literalmente de matarse. Y le ponen ganas y pasión al intento. El termina de secar los platos y se apodera de un martillo y ella acomoda la alacena pero cuando oye llegar a su marido, se da vuelta con una Taser con la que consigue neutralizar el ataque

En plena batalla, ambos ignoran que tienen compañía y de la peor especie. Roy (André Eriksen), Dave ( Christian Rubeck) y Petter Larsen (Atle Antonsen) aguardan, en el altillo, el momento preciso de entrar en escena y la batalla campal que se libra en la planta baja les resuelve el problema.

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Wirkola ama la sangre. Sus personajes se acuchillan, se disparan, se golpean en la boca y en la nariz y cuando falta un montón para cerrar la historia, todos los protagonistas soportan alguna hemorragia grande o pequeña. Después de todo no es tan raro que actúen con violencia tres reclusos con un historial temible si un pacífico director, frustrado porque últimamente sólo filma telenovelas y una actriz en busca de un papel que no llega, son capaces de planear sus respectivos asesinatos.

En medio de tanta violencia y aunque parezca increíble hay espacio para la ironía y algún giro humorístico. Lars, por caso, tiene un padre - papel magníficamente cubierto por Nils Ole Oftebro- que pasa sus días en un geriátrico y añora la guerra, detesta a los gays, pondera a los nazis y es capaz de despotricar como un obseso frente a un surtidor de combustible ecológico.

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“El viaje” tiene ritmo, acción, paisajes extraordinarios y el atractivo adicional de la pareja que al principio parece dispuesta a aniquilarse y se encuentra repentinamente con un enemigo común y externo que fuerza un replanteo de la situación. Wirkola no sólo siente tiene debilidad por la sangre; también lo pierden las herramientas de tortura poco convencionales. La cabaña a la que van a parar los protagonistas del filme tiene un armario lleno de armas con sus respectivas municiones pero el director prefiere rodar un ataque más original donde uno de los evadidos intenta terminar con la vida de Lars con la cuchilla de una cortadora de césped. Un uso similar le asigna al motor fuera de borda de su lancha.

Lo cierto es que un producto que parecía destinado exclusivamente a los seguidores del gore, se transformó en una película popular, por encima de las expectativas de los fanáticos del género.