Francisco aseguró que "incluso el Papa es atacado por el Maligno"

“El hecho objetivo, detrás de fenomenologías que pueden parecer producto de la invención cinematográfica, es el sufrimiento físico, psíquico y espiritual que experimentan los poseídos”. Así lo sostuvo el sacerdote Paolo Carlin a quien se sindica como heredero espiritual de Gabriele Amorth, el cura del que se habla obscesivamente por estos días a raíz del estreno de "El exorcista del Papa".

La película que está en los cines de todo el país y que protagoniza Russell Crowe volvió a poner en el tapete el tema de la presencia del demonio en el mundo terrenal, una cuestión central en la historia del culto, sobre todo el católico, y uno de los argumentos preferidos de la cinematografía.

"¿Quién mejor que un gladiador para enfrentarse al diablo en igualdad de condiciones?", bromeó uno de los productores de la película "El exorcista del Papa" al aludir a la presencia de Crowe, quien asume el rol de Gabriele Amorth y obtuvo un Oscar por su papel de Máximo Décimo Meridio en el film de Ridley Scott.

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Y como "El exorcista del Papa" está basada en la vida del sacerdote católico Gabriele Amorth, principal exorcista del Vaticano desde 1986 hasta su muerte en 2016, se han renovado por estos días las consultas a algunas de las jerarquías de la Iglesia acerca de si la práctica que reivindica la película tiene vigencia.

Y ha hablado nada menos que el Papa. En una entrevista incluida en el libro "Esorcisti contro Satana", Bergoglio volvió a advertir que el diablo es una figura real, que siempre está tratando de atacar a todos. Reveló incluso que recurrió a los exorcistas cuando era Arzobispo de Buenos Aires.

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Según Francisco, "los líderes de la Iglesia se encuentran entre los objetivos favoritos del demonio, pero que la oración es la mejor defensa contra tales ataques. El demonio trata de atacar a todos sin distinción y trata sobre todo de golpear a los que tienen más responsabilidades en la Iglesia o en la sociedad".

En los últimos 50 años y cada vez que se habla de exorcizar al demonio, la Iglesia lucha -aunque a veces se apoya en ellas- contra las imágenes que dejó para la posteridad "El exorcista", aquella célebre película de 1973, una obra maestra que es imposible no mencionar cuando se aborda el tema del Maligno, como lo nombra Francisco.

La dirigió William Friedkin, con un guión escrito por William Peter Blatty basado en su propia novela homónima, publicada en 1971, que solo en Estados Unidos llegó a vender cerca de 13 millones de ejemplares.

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La protagonizaron Ellen Burstyn, Jason Miller, Linda Blair y Max von Sydow y se ocupaba de la posesión diabólica de Regan MacNeil, una niña de 12 años de edad, y del exorcismo al que más tarde fue sometida.

Lo real es que el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos es una problemática que siempre está en los límites difusos de la fe, los fenómenos paranormales y la ficción.

Obviamente que el Papa, la autoridad más alta de la Iglesia se refiera al tema, lo actualiza dramáticamente. "Cuando era Arzobispo de Buenos Aires tuve varios casos de personas que venían a decirme que estaban poseídas. Los envié a una consulta con dos buenos sacerdotes 'especialistas': no son curanderos, sino exorcistas", relató. "Uno se llama Carlos Alberto Mancuso y fue exorcista en la Diócesis de La Plata. El otro era mi confesor, el Padre Nicolás Mihaljevic, un jesuita nacido en Croacia".

"Jesús también sufrió las tentaciones del demonio y uno piensa también en las de Simón Pedro a quien Jesús dijo: 'Aléjate de mí, Satanás'. Incluso el Papa es atacado por el maligno. Somos hombres y él siempre trata de atacarnos", concluyó Francisco.