Julio Chávez prepara la vuelta al cine, el teatro y la tele

Si la pandemia empieza a ceder y permite el retorno de una cierta normalidad, el 3 de septiembre subirá a escena en el teatro María Castaña de Córdoba, “Inés”, la obra de teatro dirigida por Julio Chávez con Mariana Bonadero, Eloísa Bazán y Abel Bossio. Ese es uno de los proyectos inmediatos del actor que este miércoles festeja los 65 años de una vida dedicada desde la adolescencia al arte difícil y arriesgado de la interpretación.

La madurez lo encuentra intentando concretar viejos sueños entre los que se cuenta su primera intervención como director de cine en “Cuando la miro”, sobre un guión que comparte con Camila Mansilla, en donde también estará delante de cámaras junto a Marilú Marini.

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Cuando los productores lo consideren conveniente está lista para que se vea en televisión la segunda parte de “El Tigre Verón” la tira que fue lo más visto de Flow en 2019, en la que Chávez asumió el papel de un controvertido sindicalista de la carne y que tuvo la continuidad alterada y comprometida por el coronavirus y problemas contractuales que epilogaron en el alejamiento de Marco Antonio Caponi, “Fabito”, el hijo del dirigente.

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Aún en medio de la incertidumbre, la programación cambiada, las salas con aforo restringido, el actor, director y guionista tiene todas las bases cubiertas para una reaparición estelar en teatro, cine y televisión.

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Aunque está dispuesto a tocar la cuerda que le toque en suerte en cada momento de su carrera, en los últimos años ha pulido su condición de maestro de interpretación, un tema sobre el que tiene ideas muy claras. "Lo primero que veo cuando un alumno aspirante a actor llega a mi estudio es si tiene necesidad. Una cosa es querer y otra necesitar”.

Y explicó la diferencia, apelando a una anécdota que tiene como protagonista a Ortega y Gasset. “En una universidad llena de gente dijo que el 90 por ciento quiere estar, pero sólo va a permanecer el que necesita estar. La necesidad no se elige; se tiene”.

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Y cada vez que le ha tocado defender una historia o un personaje Chávez ha tratado de demostrarle al público que lo suyo no es sólo una forma de ganarse la vida, sino una necesidad expresiva. Su debut en el cine data de 1973 con una breve papel en “La malavida” de Hugo Fregonese. Desde entonces ha participado de una quincena de filmes y conseguido uno de los puntos más altos de actuación en “Un oso rojo” de Adrián Caetano.

Julio también estuvo en “La parte del león”, “Señora de nadie”, “La película del rey” y “El acompañante” entre otras producciones caracterizadas por la calidad más que por el suceso de taquilla. Su popularidad procede esencialmente de la televisión, un formato en el que brilla con personajes poderosos que le han permitido además traspasar las fronteras nacionales .

Es el caso de “Epitafios”, la primera producción de Pol Ka para la cadena norteamericana en la que encarnó a Renzo, un ex policía perturbado por sus propios errores del pasado, que persigue a un asesino serial. En nueve de cada diez conferencias de prensa y en función de que trabaja en teatro y cine, le suelen preguntar a Julio acerca de su labor televisiva, una consulta que disimula apenas una velada crítica a un formato que algunos consideran inferior.

“Cualquier medio es posible- advierte el actor-yo no soy excluyente. Soy un bicho de la expresión pero no tengo ningún espacio al que sienta como propio, a excepción de mi estudio, donde entreno a mis alumnos. El resto son espacios a los que voy, produzco algo y vuelvo a la casa”.

Además de “El maestro” y “El Tigre Verón” los dos últimos trabajos para la televisión, ha protagonizado “Alguien como usted” en 1973, participado de “Zona de riesgo” y “De poeta y de loco” y encabezado otra vez “Tratame bien”, “El Puntero” , “Signos” y “Farsantes”, el fenómeno de la temporada 2013-2014 cuando la televisión abierta lograba todavía mediciones difíciles de alcanzar ahora.

Hace unos días el actor estuvo en Córdoba en su rol de director para seleccionar a los actores de “Inés”, la obra que espera estrenar en septiembre y que cuenta la experiencia de una actriz que recibe un llamado que cuestiona su vida entera, durante una función de “La voz humana” de Jean Cocteau.

Trabajando por sus sueños y tratando de compartirlos, los 65 lo encuentran haciendo planes, la mejor manera de engañar al tiempo.