Un trabajo mal pago para huir de la violencia.

"Las cosas por limpiar"

La mucama que se convirtió en escritora brilla en Netflix

12/10/2021 | 10:06 | Tuvo que dejar la casa junto a su hija para huir de la violencia de género y fue capaz de sobrevivir y reinventarse.

Por María Rosa Beltramo.

El origen fue Córdoba y “La chica que limpia”, una ficción que, inesperadamente, trascendió las fronteras el país y alumbró otras dos versiones, una mexicana y otra norteamericana que explotaron el atractivo del personaje que hacía maravillas con detergentes, trapos y cepillos al punto que se volvía imprescindible para delincuentes que necesitaban borrar las huellas de sus incursiones en distintas escenas del crimen. Entre el original argentino y las recreaciones foráneas llegó, vía Netflix, Fatma, una producción turca, con algunas variantes pero también inspirada en la capacidad de una mujer para la limpieza.

Las cosas por limpiar”, la serie que tan bien funciona con un elenco de segundas figuras en la que la única reconocible es la veterana Andie MacDowell, tiene una vez más a una chica que se gana la vida restableciendo el orden y la higiene en casa ajena, aunque en esta ocasión hay sólo una leve conexión con las otras producciones y lo que se pone en juego aquí es una vía de escape para la violencia doméstica.

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El principal mérito de esta obra en 10 episodios que, por la mitad parece empantanada, reiterativa y hasta fruto de la incapacidad para encontrarle salida argumental, es que encontró la manera adecuada y un tanto sutil de mostrar las consecuencias de la violencia de género y la devastación que puede provocar en el seno de una familia, exhibiendo algunos de sus perfiles menos obvios.

La protagonista huye de la vivienda que comparte con el padre de su hija después de un estallido que incluye la destrucción de una lámpara y golpes a la pared. A medida que la narración avanza y con la características que a menudo tienen esas historias en la realidad, hay cambios y en ocasiones -las menos- las acciones empeoran pero también hay grandes avances. El violento admite que está procediendo mal y que en el origen de todo está, probablemente, su adicción al alcohol. Empieza un programa de desintoxicación, reuniones en Alcohólicos Anónimos y reanuda un trabajo que, aunque elemental e insuficiente, le permite asumir distintas responsabilidades.

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Alex, (Margaret Qualley) la novia de Sean, no está siempre huyendo de él y a menudo se ve tentada a regresar. Hay un cuidado especial en evitar la criminalización de la vida del muchacho que no todo el tiempo es violento ni temible y a veces hasta parece un buen tipo con mala suerte. Los padecimientos, alegrías y también los logros de la jovencita que se emplea como mucama para mantenerse y alimentar a su hija están inspirados en el libro de Stephanie Land, que antes de ser una escritora exitosa abrió un blog en el que volcaba cada día esa experiencia de huida y trabajo duro. Todas esas anécdotas dieron lugar al libro “Maid: Hard work, low pay and a mother s will” que dos años atrás se convirtió en best seller.

Después de 6 años de trabajo duro en casas de Washington y Missoula, Stephanie obtuvo un par de préstamos y consiguió una beca que le permitió realizar una licenciatura en inglés y escritura creativa. Tras su paso por la Universidad de Montana los trabajos de limpieza quedaron atrás, su libro alcanzó prometedoras cifras de venta y ella además ingresó a la redacción del Center for Community Change.

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La serie aprovecha parte de su experiencia como mucama para analizar usos y costumbres de su propia familia y de sus empleadores ocasionales , con alguno de los cuales mantuvo relaciones de cierta confianza y amistad , mientras que otros intentaron explotarla. Al parecer en la vida real afrontó situaciones de esas dos características pero en la ficción optaron por hacer coexistir ambas conductas en una sola persona con la que el vínculo empieza de la peor manera.

Además de ahondar en las complicaciones de una madre soltera y sin instrucción para garantizar el sustento propio y el de su hija, la protagonista también debe asumir la responsabilidad de hacerse cargo de su madre -impecable Andie MacDowell- una artista hippie, bipolar, siempre al borde de ser víctima de estafas monetarias o emocionales y con un pasado que oculta un episodio dramático cuya sombra sigue proyectándose sobre un presente conflictivo, difícil y polémico.

En el elenco figura Billy Burke en el rol de padre de Alex, conocido por su actuación en la saga “Crepúsculo”, Nick Robinson como Sean, la pareja de la protagonista y padre de su hija , uno de los roles más complicados por los múltiples rostros de un personaje que por momentos es un alcohólico en recuperación, un hombre que intenta reconquistar a su familia o un violento que no conoce formas sanas de vinculación. Anika Noni Rose interpreta a Regina, una de las empleadoras y Bj Harrison asume el rol de la responsable del refugio al que van a parar las mujeres en uno de los peores momentos, cuando han perdido la fe, la autoestima y están solas y con responsabilidades que se sienten incapaces de afrontar.

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