"Las mariposas negras", un policial que se mete con la identidad

Por María Rosa Beltramo

Uno teme que  "Las mariposas negras" tenga el desarrollo moroso que suele caracterizar a una manera de filmar típicamente francesa. Craso error; después de un comienzo engañoso, la historia avanza a una velocidad inaudita. 

La reseña con la que Netflix trató de conquistar a la audiencia dice que Adrien Winckler, de 40 años, es un novelista en apuros que trabaja como escritor fantasma para llegar a fin de mes. 

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Después de un libro que fue best seller  en el que contó sus experiencias en la cárcel -el muchacho estuvo detenido casi un año- no se le cae una idea y como tiene que pagar el gas, la luz y el alquiler, acepta trabajar de escritor fantasma.

El que lo llama para que pase al papel sus experiencias juveniles es Albert Desiderio, un inofensivo jubilado que ya pasó los 70 y que  tiene algo que contar.

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Creada por Bruno Merle y Olivier Abbou, la serie tiene seis episodios y está protagonizada por Nicolas Duvauchelle -en el rol de Adrien-, Niels Arestrup -como Albert-, Axel Granberger -en la piel de un joven Albert- y Alyzée Costes -como Solange-.. A ellos los acompañan Alice Belaïdi, Brigitte Catillon, Philippe Brenninkmeyer, Sami Bouajila, Lola Créton, Marie Denarnaud, Henny Reents, Mohamed Makhtoumi, Franck Andrieux, Nicolas Wanczycki, Rodolphe Pauly y Clara Blanchet.

No conviene arruinar la sorpresa de los espectadores descubriendo el auténtico meollo de la historia pero hay que decir que lo que empieza como el relato de una tierna relación entre dos adolescentes casi niños-Albert y Solange- deriva pronto en una narración sangrienta.

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Es que el jubilado que camina con cierta dificultad y habla lento para el grabador del escritor, se despacha con unos recuerdos que hacen que el hombre que lo escuchaba entre aburrido y resignado, se interese y quiera saber más.

El abuelo simpático fue un joven apuesto, exitoso y locamente enamorado de una pelirroja, Solange, a la que se consagró por entero. En una de sus primeras salidas la pareja coincide en una playa con dos hermanos.

Después de una jornada entera de charla, juegos y comida compartida, mientras Albert nada con uno de sus nuevos amigos, el otro intenta violar a Solange. A pesar de su aparente fragilidad, la jovencita logra zafar de su agresor y acaba con su vida.

Albert llega poco después para consolarla y decide, en un instante, que el hermano del muerto es un peligro para ellos. Y lo mata.

Es sólo el principio. La pareja recorre la Costa Azul en toda su extensión, dejando a su paso un reguero de sangre. Uno de los detalles que convierten a "Las mariposas negras" en un policial distinto es la escenografía, el vestuario y la música con la que la historia avanza por los 60, los 70 y los 80.

Pero eso ni siquiera es lo más atractivo de la historia. Hay también una indagación minuciosa en un tema siempre apasionante: la identidad.

Es que con el avance del guión el espectador empieza a sospechar que la contratación del escritor fantasma  no es tanto por su capacidad literaria sino por otros motivos que permanecen ocultos.