Para hacer a Hannibal Lecter, imitó la voz de una computadora

Hace años que Anthony Hopkins contó que cuando le acercaron el libro original de "El silencio de los corderos" -que en esta zona del mundo se vio como "El silencio de los inocentes"- creyó que se trataba de una historia para niños. Más recientemente ha revelado algunos secretos sobre  los recursos que empleó para construir el personaje de Hannibal Lecter.

El actor británico dijo que aunque el guión contemplaba lo esencial había un montón de detalles librados a la imaginación y la creatividad del intérprete.

Señaló en tal sentido que la voz tenía que ser singular, única, atemorizante. Y cuando  le preguntaron en quién se inspiró comentó que imitó la voz que tenía en una publicidad la Hal 9000, una computadora del año 2001.

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Dirigida por Jonathan Deme, "El silencio de los inocentes" sigue a Clarice Starling; una de las estudiantes más excepcionales dentó de la agencia del FBI a quien se le encomienda una importante misión: atrapar a un despiadado asesino llamado Buffalo Bill, quien mata a mujeres y las desolla. Para dar con el, la joven agente recurre a métodos extremos, obteniendo la ayuda de otro peligroso criminal tal como Hannibal Lecter; un brillante psiquiatra que también es un peligroso psicópata, homicida y caníbal.

Hopkins siempre ha dicho que tras la confusión inicial, cuando leyó el guión se quedó enamorado de la historia. "Después de 10 páginas llamé a mi agente. Dije: ‘¿Es esta una oferta real? Quiero saber. Esta es la mejor parte que he leído’. Leí el resto del guion y Jonathan vino un sábado por la tarde y cenamos. Y yo dije: ‘¿Esto es real?’ Y él dijo: ‘Sí’. Yo dije: ‘Está bien’. Fue un tipo maravilloso con quien trabajar. No podía creer mi suerte y tenía miedo de hablar contigo. Pensé: ‘Acaba de ganar un Oscar’.

El rodaje de la película fue una inagotable fuente de anécdotas. Anthony  volvió a contar, esta vez con nuevo encanto, la vez que estando en un ascensor subieron una madre y su hijo, se pusieron a comentar sobre la impresionante estructura metálica y lo sofocante que les pareció. Al parecer la mujer le dijo al chico, "¿a qué te hacer acordar?" y  el niño inmediatamente contestó "a Hannibal Lecter", momento en cual giraron levemente la cabeza para ver con quien compartían el habitáculo y gritaron a dúo cuando lo descubrieron muerto de risa.