Actores complicados
18/03/2022 | 10:22 | Les temen productores y directores. Llegan tarde, maltratan a todo el mundo, exigen la reescritura de los guiones, pero el público los ama.
Todos los años aparece un alma caritativa y actualiza la lista de los actores malditos de Hollywood. Por supuesto, hay pequeños cambios; algunos se hartan de la fama de niños terribles o tienen necesidad de que los incluyan en una película y salen de la nómina. Sin embargo el núcleo duro sigue inalterable.
El corpulento Steven Seagal suele liderar el bloque de los complicados. Cuentan que el primer día de rodaje de “Decisión crítica” apareció por el set y antes de saludar y mirando a sus compañeros de elenco, director, productores y asistentes dijo “estoy al mando. Todo lo que yo digo es ley”
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John Leguizamo creyendo que se encontraba ante un bromista celebró a carcajadas y a continuación el protagonista de la película le hizo una llave de taekwondo, lo tiró al suelo y le aplicó el codo a la altura de la nuez de Adán.
Sin mencionar las trece denuncias por maltrato laboral y acoso sexual -incluidas las de Julianna Margulies y Portia de Rossi- el actor no deja pasar una sola oportunidad sin hacer de las suyas. Lo invitaron a que oficiara de anfitrión de Saturday Night Live, uno de los programas que tiene un envidiable elenco de guionistas, y él reclamó que cambiaran todos los chistes porque, dijo, no se entendían.
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Aunque Edward Norton es más delgado y no tan musculoso como Seagal, Hollywood le tiene miedo. Y hace bien en temerle. Durante la postproducción de “American History X” entró a la sala de montaje y empezó a agregar tramos de película ya desechados en los que, obviamente, estaba él. Encima la producción se transformó en un film de culto y el bueno del rubiecito decidió ampliar su intervención. Actuaba, cambiaba luces, pedía el guión y lo reescribía, sugería finales alternativos.
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Nick Nolte abandonó la filmación de “Cuestión de honor” para no golpear a Norton que lo interrumpía cada cinco minutos con comentarios negativos sobre su actuación. Cortaba la escena y lo justificaba diciendo “es que ningún padre le habla así a su hijo”.
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El divismo extremo y, en ocasiones, la falta de respeto no son privativos del género masculino; hay un montón de actrices con las que nadie quiere trabajar. Lindsay Lohan empezó a actuar a los 3 años, alcanzó la cima a los 18 y luego se volvió problemática.
El director Paul Schrader dijo que se había sentido rehén de Lindsay durante 16 meses, exactamente los que demandó el rodaje de The Canyons. Llegaba sistemáticamente tarde e irrumpía en el set con paso vacilante, casi al mismo tiempo que llegaban los diarios que la mostraban tirada sobre la barra de algún bar en completo estado de ebriedad.
En los últimos meses los encargados de actualizar la nómina de intérpretes difíciles están evaluando pasar a retiro efectivo a Bill Murray, un tipo que en los últimos años se “normalizó” y ha abandonado algunas de las prácticas por la que compañeros y directores vivían esquivándolo.
En “Que tal, Bob” Richard Dreyffus que hacía del psiquiatra al que el personaje de Bill terminaba enloqueciendo, le propuso modificar un par de diálogos. Sin decir agua va Murray golpeó su frente contra la de su compañero y después de unos instantes de desconcierto le gritó "todo el mundo te odia". Cuando el resto miraba sorprendido, imitando la escena que jugaron alguna vez Susana Giménez versus Roviralta, le arrojó un pesado cenicero de cristal. También intentó, aunque sin éxito, darle un puñetazo.
Parece haber coincidencia, no obstante, en que la edad y eventualmente algunos fracasos han domado a la feria y Bill puede ser ahora tan adorable como el personaje que encarnó en “Saint Vincent”
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