Un cordobés está en "La sociedad de la nieve": "El hambre y el frío fueron reales"

"Mágico". Esa es la palabra que repite constantemente el actor cordobés Santiago Vaca Narvaja (25) sobre el proceso de haber sido uno de los protagonistas de "La sociedad de la nieve", el film sobre el milagro de Los Andes que todos están viendo en Netflix.

Nacido y criado en Unquillo, de padres artistas, cuenta a Cadena 3 que estudió abogacía un año y luego decidió decantarse por la producción audiovisual y la actuación, gracias a la orientación de su colegio y a algunos talleres de teatro. 

Después de una primera incursión en el cine con el film "Ciudad Universitaria" de Rosendo Ruiz, Santiago dio un salto enorme para estar en una megaproducción dirigida por el español J.A Bayona. Le tocó interpretar a Daniel Maspons, uno de los jóvenes rugbiers que estaba en el avión que cayó y sobrevivió al impacto, pero falleció en uno de los aludes que los azotaron.

El proceso fue largo. Un amigo le mandó un cartel en el que buscaban actores de 18 a 25 años que hayan jugado al rugby. Él cumplía los requisitos pero no tenía idea sobre qué era. Pensó en una publicidad. Empezó a mandar videos y a medida que avanzaba aparecieron algunas pistas: nieve, fuselaje, capitán, rugby.  

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

"Fui a Uruguay, hicimos una semana de cuarentena intensa, luego de casting y una semana de cuarentena para volver después. Todo era mágico. Me tocó compartir escena de casting con el hijo del sobreviviente Eduardo Strauch, alguien que la tiene en la sangre en la historia", recordó.

Reuniones con sobrevivientes

Cuando se enteró que le daban el papel, contó que no contuvo la emoción en su lugar de trabajo, el Polo Audiovisual de Córdoba. Tuvo que pedir autorización para viajar.

Para prepararse tuvieron un gran asado con los sobrevivientes de la tragedia. "Fue impresionante, tienen unos valores adquiridos por esta experiencia que es alucinante. Son escuelas vivientes", relató.

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

Todos los actores (entre los que hay argentinos como Matías Recalt, Jerónimo Bosia o el cantante Louta) leyeron dos veces el libro homónimo en el que se basa la película, escrito por Pablo Vierci, compañero del colegio de muchos sobrevivientes y quien también estuvo en el proceso.

"Me pude reunir con la familia de Daniel (Maspons); las hermanas y los sobrinos. Fue un viaje que lo tengo impregnado en mi memoria, de las cosas más inesperadas en mi carrera, ir a una casa a pedir permiso para rendirle homenaje a su hermano. Todo el proceso de la película estuvo cargado de respeto y eso traspasa la pantalla", valora sobre quienes más temía su devolución. "Gracias a esta peli hicieron las paces, entendieron qué le pasó a su hermano y hay cierta reconciliación", destacó.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Bajas temperaturas, pérdida de peso y técnicas "alternativas"

Tras ensayos en Barcelona en donde improvisaban escenas para meterse en personaje, pasaron a la Sierra Nevada de España, donde había tres fuselajes donde trabajaron las escenas. Uno estaba a 2800 metros de altura y tenían contacto directo con la nieve.

Todo eso requirió preparaciones especiales: "Hicimos sesiones del instrumento gong, ese platillo gigante. También la respiración holotrópica, que genera un estado de meditación muy profundo. Era llegar a estados emocionales para transmitir la veracidad en todos los chicos". Para ello los ayudó un especialista oriundo de Bali.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Santiago tuvo que subir 14 kilos -todo seguido por nutricionistas- para ir perdiéndolos durante el rodaje y que se note el deterioro. "No quiero ver más los espárragos blancos o el alcaucil, que son protectores gástricos", recuerda entre risas.

"Entre el hambre y el frío real que pasamos había muy poco que actuar, fue real. No se acerca a la mínima de lo visceral que vivieron estos chicos, nosotros volvíamos a una cama caliente después de muchas horas de rodaje", reflexionó.

El joven actor cordobés no puede creer la recepción de la película. Cada vez que abre el celular tiene mensajes, imágenes o saludos. Por ahora, planea disfrutar de haber sido parte de un film "muy fuerte, de una humanidad necesaria que hace priorizar valores que a veces no tenemos en cuenta por quedarnos en problemas insignificantes".